Esta mañana hemos ido a ver la película
‘Marie Curie’, escrita y dirigida por Marie Nöelle. En una sociedad misógina y
paternalista como la de 1911 (cuando la científica más famosa ganó su segundo
Premio Nobel y la Academia de Suecia le desaconsejó ir a recogerlo por un tema
estrictamente personal), fue un ejemplo de pasión, dedicación y perseverancia.
Su hija Irène también ganó el Nobel, en 1935. Karolina Gruszka interpreta a la
protagonista de una manera muy convincente. Una cinta muy interesante, que
tiene lo mejor en los diálogos entre Marie Curie y Albert Einstein. Me ha
recordado ‘La ridícula idea de no volver a verte’ de Rosa Montero (2013), que
comenté en este blog el 23 de agosto de ese año. Un libro que la propia autora
ha dedicado a mi hija Zoe como “el futuro”.
¿Qué hacer para que tus hijos sean activos y
tengan inquietudes?, se preguntaba Beatriz G. Portalatín ayer en El Mundo. A
destacar:
- La lectura es el hábito principal de todo
aprendizaje. Para adquirir el hábito de la lectura, nada como el ejemplo. Que
padres e hijos lean juntos en algún momento del día (como mínimo, diez minutos).
Algo que sólo hacen el 35% de los progenitores, según el barómetro CICLIP de la
Asociación Española de Comprensión Lectora. Además, es conveniente que los
padres/madres visiten librerías y bibliotecas y regalen libros a sus hijos. Es
importante que los chavales elijan según sus propios gustos. Según el
mencionado barómetro, el 75% de las lecturas infantiles y juveniles son de
aventuras, y los cómic son una excelente opción de inicio.
- Las pantallas (portátiles, videoconsolas,
tabletas, incluyendo la televisión), sólo una hora al día (máximo dos, los
fines de semana). La clave es no abusar de la tele. Son asignaturas pendientes
etiquetar los programas (incluso los videojuegos) y respetar los horarios (ver
la tele por la noche es malo para la salud de los infantes).
- Para fomentar la curiosidad (esencia del
“learnability”, la aprendibilidad, que es la columna vertical de la
empleabilidad) acudir con nuestros hijos a actividades de ocio compartidas,
desde cuentacuentos a festivales musicales. “Lo importante es no dejar de
hacerse preguntas” (Einstein). Las actividades colectivas sirven para
compartir, para divertirse en equipo; las pantallas aíslan.
- “No hace falta infantilizar para gustar”.
Si bien todo niño nace curioso, hemos de
fomentar esa curiosidad de forma consciente. Mi gratitud a las madres y padres
que lo hacen conveniente.