Esta
mañana he visto el segundo episodio de ‘Chef’s Table’, la serie documental de
Netflix sobre grandes cocineros (en la primera temporada, franceses). Un
programa magnífico. La historia de Alexandre Couillon. Como sabes, en francés
“couillon” significa “tonto, idiota, imbécil, aturdido”. Su restaurante ‘La
Marine’ está en la isla de Noirmoutier, en el oeste de Francia, una zona que no
recibe apenas atención mediática. A los 22 años, con su esposa Céline,
aceptaron el reto de quedarse con el restaurante familiar. Tras siete años de
duro trabajo, consiguió la primera estrella Michelín. Se atrevió a una cocina
diferente, y obtuvo la segunda. El pescado procede del puerto frente al
restaurante, las verduras son del huerto del chef y las ostras de un cultivador
local. Ha sido nombrado “cocinero del
año 2017” por Gault & Millau. De su caso de éxito hablaré en el Top
Breakfast del Top Employers Institute el próximo 23 de marzo, para aplicarlo a
nuestras vidas. Todo un ejemplo de GRIT (Pasión + Determinación), debidamente
certificado por los expertos. Es una “victoria semántica”, porque en el mundo
de los chefs, “couillon” se traduce ahora por inteligente, por genio, por
talento.
He
estado leyendo ‘Isabel. La reina guerrera’ de la hispanista Kirstin Downey. La
autora ha sido periodista de The Washington Post y Los Ángeles Times, ha ganado
el Pulitzer y ha dedicado cinco años (2009-2014) a investigar sobre Isabel I de
Castilla. En ‘Del Capitalismo al Talentismo’ comentaba que el cambio de época
anterior (el paso del feudalismo al capitalismo) se debió principalmente a la
confluencia entre los estados nacionales (la política), el descubrimiento de
América (los mercados) y la imprenta de Gutenberg (la tecnología). El
denominador común de estas tres macrotendencias (porque unió Castilla con
Aragón y tomó Granada, financió los viajes de Colón e introdujo la imprenta en
su reino) fue precisamente Isabel la Católica. El vórtice.
Se
trata de un libro fascinante. El nacimiento de Isabel en abril de 1451 fue “un
hecho sin fanfarria” (se trataba de una mujer y su hermanastro el futuro rey
Enrique IV tenía 26 años), pasó su infancia en Madrigal de las Altas Torres,
lejos de la corta, inspirándose en Juana de Arco, tuvo fervor religioso y
buenos mentores (su abuela, Gonzalo Chacón), se atrevió a disputarle el trono a
su hermano con 23 años (el llamado “el Impotente”, tenía fama de homosexual y
de que su hija Juana no era tal), pudo casar con Ricardo III de Inglaterra, con
el rey de Portugal y con el maltratador Pedro Girón, pero prefirió hacerlo con
Fernando de Aragón… La de Isabel la reina católica es una historia única, que
determinó el rumbo de nuestro país (y de Occidente en su conjunto) y que sólo
ahora se relata en todo su esplendor. Si te gusta la Historia (así, con
mayúsculas), disfrutarás con ‘Isabel. La reina guerrera’. Una vez más, tiene
que ser un/a especialista extranjer@ quien ponga en valor a un@ de nuestr@s más
insignes compatriotas.
Esta
tarde he ido de nuevo a ver ‘La La Land’ (Zoe no la había visto todavía, y le ha encantado). Se trata de la mejor película del año, sin duda. Más allá de la
exigencia técnica en los números musicales (de principio a fin) y de la química
entre sus protagonistas (en versión original se aprecia la calidad
interpretativa de ambos, Emma Stone y Ryan Gosling), el ritmo y el contenido
del relato (la historia de nuestras vidas, cuando hemos de optar
inconscientemente entre lo laboral y lo personal, entre lo importante y lo
urgente) son magníficos. Imprescindible para quienes amamos el séptimo arte.
Si en
otra entrada incluí ‘City of stars’ (La ciudad de las estrellas) como tema
musical, en esta ocasión me decanto por el casting en el que Emma Stone canta
‘Por los locos que sueñan’: www.youtube.com/watch?v=UlunjmpaRVU
“I will always remember the flame”.
Y
esta noche, en La 1, ‘Invictus’, la inolvidable película de Clint Eastwood con
Morgan Freeman y Matt Damon cuyo guión está basado en ‘El factor humano’ de
John Carlin. Una de las mejores películas de Liderazgo de todos los tiempos.
Una cinta que me trae maravillosos recuerdos (Cine Fórum con Raúl González,
Jorge Carretero y el Embajador de Sudáfrica antes del Mundial 2010; conferencias
con John Carlin en varios puntos de España; talleres sobre Liderazgo).
El poema
de Henley (1875) dice así:
INVICTUS (inglés)
Out
of the night that covers me,
Black
as the pit from pole to pole,
I
thank whatever gods may be
For
my unconquerable soul.
In
the fell clutch of circumstance
I
have not winced nor cried aloud.
Under
the bludgeonings of chance
My
head is bloody, but unbowed.
Beyond
this place of wrath and tears
Looms
but the Horror of the shade,
And
yet the menace of the years
Finds
and shall find me unafraid.
It
matters not how strait the gate,
How
charged with punishments the scroll,
I
am the master of my fate:
I
am the captain of my soul.
“Soy el dueño de mi destino/ Soy el capitán de mi
alma”.