Empleabilidad y Renta básica universal. La Economía en el Talentismo debe dejar de ser una Ciencia triste


Lo he pasado de maravilla estos tres días en Galicia. Y se presenta una semana en Madrid tan intensa como interesante.
De las lecturas de hoy, ha hecho pensar especialmente el “Zoom” del maestro Marina (cómo disfrutamos de su conferencia en la clausura del I Foro de NeuroLiderazgo) sobre el Trabajo en su columna ‘Ideas’ de El Mundo. José Antonio Marina confiesa que la economía es una de sus pasiones y que Carlyle, que despreciaba a los economistas, decía que su ciencia es triste. Así debía ser si su objetivo era “la administración de bienes escasos”. Para JAM (y para un servidor), la Economía es una ciencia maravillosa “encargada de aumentar las posibilidades humanas de acción y creación”. Siguiendo a Keynes, los artistas (en la más amplia acepción de la palabra) hacen avanzar el mundo, pero dependen de las estructuras económicas. “El tema económico más urgente y dramático es el trabajo”, apunta Marina. Le parece significativo que la gran obra de Marx, ‘El Capital’, se base en la idea del trabajo y que el principal libro del siglo XX, precisamente de JM Keynes, sea la ‘Teoría del empleo, el interés y el dinero’. “Soluciones como la renta básica universal o que los robots paguen impuestos son signos de claudicación. No sabemos qué hacer. Quedan lejos los tiempos en que Marx decía que el trabajo es la esencia de la actividad humana”. ¡Brillante, Maestro! Simplemente, en la misma línea, quisiera añadir que empleo y trabajo no son sinónimos (el trabajo, como sabes, es “instrumento de tortura del Imperio Romano”; el empleo es emplear nuestro talento), de forma que el trabajo se robotiza a pasos agigantados pero el empleo no. La Economía actual, la del Talentismo, amplía posibilidades porque está basada en intangibles (como dirían Marina y Harari, en “ficciones”) como el Capital humano (talento individual y colectivo), la Marca (personal y de empleador), el Capital clientes (valorización de l@s fans) y las Expectativas de futuro. En palabras de mi buen amigo Ulazia, “el/la que se da no se vacía”.
Siguiendo con la renta básica universal, he estado leyendo ‘Utopía para realistas’, del historiador holandés Rutger Bregman (1988). Un texto elogioso con el capitalismo (por la riqueza que ha podido generar) que propone la renta básica universal, la jornada semanal de 15 horas y la supresión de las fronteras. Más que populista, se define como “posibilista”. Para él, “la pobreza es sólo cuestión de dinero, de liquidez”. En el libro cuenta los casos de la ONG Give-Directly en África, los “homeless” de la City londinense o el Mincome canadiense. La renta básica reduce los gastos burocráticos, de sanidad (menores enfermedades) y de justicia (menor delincuencia). El obstáculo, siempre según este autor, es más ideológico que económico. Precisamente el Editorial de El Correo Gallego se preguntaba si esta propuesta es una utopía o verdadera solución. Se está experimentando en Finlandia y Holanda, y pronto en Canadá. “Depende, decimos los gallegos con la prudencia que aconseja una revolución de tamañas dimensiones”. Aliviaría las tensiones del Estado del Bienestar y permitiría a más gente emprender, siempre según Rutger. El editorialista concluye: “Una utopía que merece la pena explorar con sentidiño”. Cierto. Creo que lo verdaderamente revolucionario, en el Talentismo, es la igualdad de oportunidades en educación, que es la inversión que marca la diferencia. Y, como propugna J. A. Marina, destinar al menos el 5% del PIB a la educación desde el liderazgo (de los centros, de l@s profes, de madres y padres, de las ciudades, de la Administración).
La segunda tesis de esta ‘Utopía para realistas’ es la jornada de 15 horas. “El 37% de los trabajadores británicos cree que su trabajo es inútil”. Debemos redefinir el trabajo (el empleo) y la productividad, opina este autor holandés. Me temo que no es tan fácil. “Holanda no es una economía productiva. Tenemos un sector financiero enorme y un paraíso fiscal. Todos los dictadores del mundo tienen una cuenta bancaria en Holanda trabajando para ellos. Eso no es productivo. No es economía real”. Bancos, sí, pero no especulación.
En esta descompensación del empleo (alto desempleo, juvenil y estructural; gran proporción de vacantes sin cubrir; creciente poder del verdadero talento) debemos buscar soluciones imaginativas de Empleabilidad. La caridad bien entendida está más cerca de enseñar a alguien a pescar que de regalarle pescados toda la vida. Creo más en instituciones integradores (Acemoglu y Robinson), en prioridades como la educación, la sanidad y la justicia y en un auténtico Estado del Bienestar (no el actual “Bienestar del Estado” de una socialdemocracia ni eficiente ni eficaz). El Talento se rebela.
  
La canción de hoy es la versión de ‘How deep is your love’ (el clásico de los Bee Gees) por Michael Bubble y Kelly Rowlands: www.youtube.com/watch?v=HOYHBiGGH5c “And there’s no need to show/ how deep is your love”.