Segunda
jornada del IV Congreso Nacional de Directivos de APD en el Palacio Municipal
de Congresos de Madrid. He disfrutado mucho de las ponencias de Rosa García
(presidenta de Siemens) sobre las Smart Cities, de José Ignacio Goirigolzarri
(presidente de Bankia) sobre los Retos de la Banca y de Francisco Román
(presidente de Vodafone) sobre la Orientación al Cliente, tendencias esenciales
de presente y futuro. Tres ejemplos de empresas relevantes “con cara y ojos” por
el atractivo como comunicadores de sus líderes.
Me habría
gustado escuchar al filósofo Javier Gomá en el Día Mundial de la Filosofía, a
la historiadora Carmen Iglesias y a otr@s ponentes… sin embargo, a las 12 he
tenido que volver a la oficina por una reunión/video conferencia con 100 de
nuestr@s directiv@s, para avanzar en Agilidad, Colaboración y Empowerment,
cuestiones clave de Liderazgo en estos tiempos.
Esta
tarde, “Talent at Work” en la Universidad Francisco de Vitoria del Human Age
Institute, Universia y Trabajando.com con nuestro mentor Juan Mateo. Más de 400
jóvenes para mejorar su empleabilidad. Mi gratitud a Loles, Montse y todo el
equipo del HUAI por esta labor.
He estado
leyendo ‘Sentimentalismo tóxico. Cómo el culto a la emoción pública está
corroyendo nuestra sociedad’, de Theodore Dalrymple (seudónimo del médico y
escritor británico Anthony Daniels). Un libro importante que da mucho que
pensar.
El autor
parte en la Introducción (41 páginas) de un informe reciente de UNICEF según el
cual Gran Bretaña es el país desarrollado que peor trata a los niños. La
violencia de y hacia a los niños ha experimentado allí un enorme auge: el 2’5%
ha sido expulsado temporalmente por atacar a sus profesores (y el 5’3% de los
alumnos de bachillerato de Manchester). Nueve de cada diez pediatras han
registrado un incidente violento con niños o sus padres: cuatro de cada diez,
amenazas y en un 10% intento de agresión. Según el autor, la teoría pedagógica
romántica (los niños no pueden hacer daño alguno) ha sido devastadora. Es la
degradación del sistema educativo, porque se han difuminado los límites entre
lo permitido y no permitido. “El sentimentalismo es el progenitor, el padrino y
la partera de la violencia”.
En la
librería de WH Smith en una pequeña ciudad inglesa, Dalrymple encontró todo un
género: “Historias trágicas de la vida” (en EE UU, “Life writing”). Hoy se
suele pensar que “en cualquier conflicto entre una organización y un individuo,
la organización siempre es la culpable y el individuo siempre es el
perjudicado”. Se sabe que el 63% de los reclusos reinciden y que en un 70%
ingresan por un problema de drogodependencia. “El sentimentalismo no se limita
a un caso particular ni a una clase social concreta”. El sentimentalismo va
desde la cuna hasta la tumba.
“El
sentimentalismo es una de las cualidades que son más fáciles de detectar que de
definir”. Es la exposición pública de los sentimientos, con importantes
consecuencias. En su ‘Defensa del sentimentalismo’, Robert Solomon exponía que
había seis objeciones en su contra (que rebatía):
- implica
o provoca expresiones excesivas de las emociones
-
manipular nuestras emociones
- las
expresiones son falsas o simuladas
- es
autoindulgente y obstaculiza los comportamientos y reacciones adecuadas
-
distorsiona nuestras percepciones e interfiere con el pensamiento racional y la
adecuada comprensión del mundo
“Cuando el
sentimentalismo se convierte en un fenómeno de masas, se vuelve agresivamente
manipulador: exige que todo el mundo lo experimente”.
Como
ejemplos, el autor cita en el libro la “Declaración de Impacto Familiar” en los
juicios, el caso de Madeleine McCann (2007) y de Lady Di, “la princesa del
pueblo”, el culto a la víctima (la poetisa Silvia Plath, hija de alemán,
asimilada a los judíos que padecieron el Holocausto)… “El culto romántico a la
sensibilidad otorga autoridad moral a la persona que sufre”. “La noción de que
todos los que sufren son víctimas tiene un corolario –falso desde el punto de
vista de la lógica, pero muy poderoso psicológicamente- que los que no son
víctimas no sufren”. “Para un sentimental no existe tal cosa como un criminal,
sólo el entorno que le ha abandonado”.
“Hagamos
que la pobreza pase a la historia”, un noble ideal que puede esconder demagogia
e igualitarismo. Todo el mundo está a favor de la “ayuda”, pero a veces las
consecuencias no son las deseadas. “El sentimentalismo no es el enfoque
adecuado para abordar el asunto y ninguna asignación de fotos de desnutridos
niños africanos sustituye a la razon”.
Theodore
concluye con una cita de Oscar Wilde: “Un sentimental es alguien que
simplemente desea disfrutar del lujo sin tener que pagar por ello”. Como motor
de las políticas públicas, es tan perjudicial como frecuente. Sin embargo, está
triunfando en un campo tras otro. “Ha arruinado la vida de millones de niños
creando una dialéctica de excesiva indulgencia y abandono. Ha destruido los estándares
educativos y causado una gran inestabilidad debido a la teoría de las relaciones
humanas que entraña. El sentimentalismo ha sido precursor y cómplice de la violencia
en los ámbitos en los que se han aplicado políticas sugeridas por él. El culto
a los sentimientos destruye la capacidad de pensar, o incluso la conciencia de
que hay que pensar. Pascal tenía toda la razón cuando dijo: Procuremos, pues,
pensar bien. Ése es el principio de la moralidad”.
La canción
de hoy, ‘All by my side’ en la versión de Céline Dion: www.youtube.com/watch?v=NGrLb6W5YOM