Palabras para encontrarte, de Laura Chica, y la dama que revolucionó la arquitectura

Viernes de preparación de los grandes temas de la semana que viene: las jornadas de Manpower sobre Liderazgo, Colaboración y Responsabilidad, sesiones de coaching en Galicia y Madrid, reuniones internas de “thougt leadership” (liderazgo de ideas), EFQM… Será una semana intensa y apasionante, que merece el descanso de este fin de semana.
He estado leyendo un libro precioso, ‘Palabras para encontrarte, de Laura Chica. Como sabes, Laura es uno de los mayores talentos españoles en, como ella dice, “ayudar a las personas cuando se pierden, a crecer cuando se sienten pequeñas, a soñar cuando olvidan la magia”. Nos ha regalado textos importantes, como ‘¿Quién eres tú?, ‘Tu futuro es HOY’ (con Francisco Alcaide) y ‘Pon un coach en tu vida’ (que un servidor tuvo el honor de prologar).
Atención al prólogo de un gran poeta, Benjamín Prado, que comienza con fuerza: “Lo que más me gusta de este libro es que no sé qué es, ni exactamente ni de ninguna otra forma”. Opina que “hay poesía en todas partes” y por eso no sale en el subtítulo. Cita a Marguerite Duras: “yo escribo para intentar adivinar lo que escribiría si escribiese”, y a la propia Laura Chica: “Callar mata”. Y califica a la autora de “misericordiosa”, porque hay algo extremadamente humano en ella.
Y luego un texto primoroso, compuesto de microcuentos y poéticas reflexiones que nos tocan el corazón, bellamente ilustrado por Sandra de la Cruz, Clara Luna Igelmo, Pablo Pacanowski, Anita Fer Tattoo. Un libro que no se debe ni se puede resumir, del que me permito extraer algunas frases para animarte a que lo compres, leas, disfrutes y regales:
- “Si me desnudara, nunca estaría tan desnuda/ como en este libro./ Es como quitarle los pétalos a una flor/ hasta dejarla sin nada”.
- “A veces te encuentro cuando me pierdo”
- “Cuando recuerdas mucho/ es que estás/ viviendo poco”
- “Hay que aprender a dedicar atención y esfuerzo a vivir/ el #momento presente, poner todos los sentidos/ en lo que hacemos, y aprender a sentir”
- “Aprendamos a hacer los momentos infinitos”
- “Buscaba tanto que… un día te encontré/ al otro lado del espejo”
- “La distancia nos ha enseñado que/ el amor no entiende de kilómetros/ solo de piel”
- “Las personas necesitan de ti, de tu talento/ de tus emociones, de tu grandeza./ Y tú también”.
- “No necesita recordar/ quien nunca/ ha olvidado”
- “Lo que de verdad importa es saber quién eres tú”
- “Abrázame…/ y llévate/ todos/ mis miedos”
- “¿Serendipia? Serendipia eres tú”
- “El silencio no habla, pero dice.”
- “La ilusión se repartió a trozos por el camino del esfuerzo”
- “…Hay miradas/ que no necesitan/ nada más”
- “Cómo entender/ cuando solo se siente”
- “Porque hay cosas que nunca se aprenden”
- “Sufrir no garantiza nada” (Ángel Gabilondo)
- “Nunca le seas infiel/ a tu amor propio” (Benjamín Prado)
- “El amor nunca muere/ solo se va/ y te mata/ a recuerdos”
- “Escribo para encontrarme y leo para perderme”
- “El tiempo es relativo./ Tan lento cuando te espero./ Tan rápido cuando estás conmigo.”
- “Eres lo que eres/ más lo que puedes llegar a ser.”
- “Comprenderte te hace fuerte./ Aceptarte te hace libre. Permitirte ser, te hace ÚNICO.”

Muchísimas gracias, Laura, por un libro tan necesario que nos regalado tan generosamente, vaciándote por dentro. Una obra de arte, que nos conmueve, que nos transforma.
He estado leyendo ‘Palabras para encontrarte’ mientras escuchaba las bandas sonoras de Fernando Velázquez: ‘El orfanato’ y ‘Lo imposible’, dos de las músicas más bellas sobre el amor de una madre hacia sus hijos. Emociones desde la vista y el oído.    

Ayer fallecieron dos grandes referentes de la cultura universal, el escritor húngaro Imre Kertész (superviviente de Auschwitz, premio Nobel de Literatura) y la arquitecta angloiraquí Zaha Hadid, la primera mujer en obtener el Pritzker (el mayor premio de la arquitectura mundial).
Nacida en Bagdad en 1950, Zaha Hadid era famosa por sus dibujos neocontructivistas cuando el propietario de Vitra, una empresa alemana de mobiliario, le dio la oportunidad de levantar la estación de bomberos de su fábrica. Corría el año 1994 y entre ese primer edificio y el Pritzker, 10 años (¿10.000 horas de práctica deliberada?). No pertenecía al “club de los arquitectos famosos” (“Nunca seré como ellos. No navego, soy musulmana y soy mujer”). Amaba la audacia (“El Guggenheim abrió la puerta. Tenía que abrirla un hombre. A mí no me hubieran dejado. Por eso estoy agradecido. Gracias a este proyecto he podido construir”). En España, nos ha dejado el pabellón-puente de Zaragoza (que espero volver a ver el próximo viernes), la primera planta del Hotel Silken Puerta América de Madrid y el Pabellón López de Heredia, joya de la bodega riojana. Una de sus obras favoritas, la Mezquita de Córdoba (“Se adelantó siglos a los proyectos híbridos que construimos hoy”). En el discurso de aceptación del Prizker dijo: “Creo firmemente que las complejidades y el dinamismo de la vida contemporánea no pueden fraguar en las sencillas formas de los cánones clásicos”. En un mundo VUCA, necesitábamos reinventar el diseño y la arquitectura.         

Se nos ha ido una excelente arquitecta y gran referente de Liderazgo femenino.