Cómo será España en 2030 y las competencias del futuro

Jornada entre Madrid y Barcelona. Esta mañana he tenido el honor de participar como ponente en el desayuno organizado por el Club de Excelencia en Gestión con el título ‘Las competencias del siglo XXI’ en el Hotel Ilunion Suites Madrid (c/López de Hoyos, 145). Agradezco a Mercedes, Ignacio, Naria y l@s 40 directiv@s que han asistido (entre ell@s, de forma destacada, mis compañer@s de Right Management María José y Pedro) su concentración, ilusió y entusiasmo.
Hemos partido de esta nueva era, el Talentismo, en la que el talento es más valioso que el capital, con cuatro grandes tendencias: el desarrollo tecnológico, la sofisticación de los clientes, el poder individual y el desencaje del talento (“tormenta perfecta” de desempleo, puestos no cubiertos y profesionales que han tenido que emigrar). Estos nuevos tiempos requieren de una redefinición del Talento, y de su análisis en Capacidad (Aptitud + Actitud), Compromiso (Energía física, mental, emocional y de valores) y Contexto (Cultura Corporativa, Clima laboral, Cooperación y Compensación).
La Transformación Digital fomenta nuestros conocimientos ligados a la tecnología, pero sobre una actitud que se centra en la flexibilidad (cognitiva, emocional y de acción), en la generosidad (que no prodigalidad), en la presencia (autoconfianza, que se muestra en la postura corporal) y en la serenidad. Como ejemplo de Compromiso, hemos comentado la actuación del reciente ganador del Óscar al Mejor Actor Leonardo DiCaprio. Y posteriormente, me he centrado en las competencias de Liderazgo (o mejor, de NeuroLiderazgo), desde el modelo SCARF (Status, Certidumbre, Autonomía, Relación, Equidad) de David Rock y en el i4 de Silvia Damiano: Inspirador, Integrador, Imaginativo e Intuitivo. Los nuevos tiempos exigen de la Dirección ser ejemplo, adecuarse (desde un perfil de Liderazgo propio de la empresa), la vulnerabilidad (análisis de fortalezas y oportunidades de mejora), el desarrollo efectivo (coaching), ser equipo y la humilde visibilidad.
Soy un ferviente partidario del Modelo EFQM, con sus nueve criterios que conectan el Liderazgo con los Resultados (en todos los grupos de interés: clientes, empleados, sociedad y accionistas) a través de la Estrategia, los recursos y alianzas, el talento y los procesos. Las empresas excelentes son más productivas y rentables, ¡qué duda cabe!
Vuelo Madrid-Barcelona con Iberia, almuerzo en la ciudad condal, reuniones comerciales al más alto nivel e internas y vuelta en el AVE de las 21’15, con la satisfacción de una enorme aportación de valor por parte del equipo.
Ayer estuve leyendo ‘España 2030: Gobernar el futuro’ de José Moisés Martín Carretero. El autor (Madrid, 1973) es experto en políticas públicas y nos presenta un escenario deseable en el que nuestro país mejore su nivel de competitividad y su incorporación a las economías más desarrolladas no haya sido “el sueño de una noche de verano”.
España tiene, a juicio de José Moisés (que defiende su tesis con profusión de datos) un problema de capital humano. De una parte, un exceso de población poco preparada; de otro, exceso de titulados universitarios lo que provoca en muchos casos sobre-cualificación. Una debilidad (y una seria amenaza para el futuro) que debemos solventar. Este país nuestro que, en lenguaje machadiano, “desprecia cuanto ignora”.
José Moisés es miembro de EFC (Economistas Frente a las Crisis) y defiende, como un servidor, que “España será lo que quiera ser”. No hay predeterminación sino valentía o falta de ella. El problema, que enuncia Martín Carretero como en su día Ortega y Gasset, es que no sabemos bien lo que queremos ser. Un problema de liderazgo social.
Las grandes líneas estratégicas son, en su opinión: Fomento de la cohesión social, lucha contra el cambio climático, desarrollo tecnológico, innovación, creatividad e invertir en formación del capital humano. Españ debe ser una sociedad “baja en carbono”: “en 2013 era el decimosexto país dentro del G-20 en inversiones en renovables. ¿Ha dejado de salir el sol, de soplar el viento? ¡No puede ser que Alemania produzca más energía solar que España! Aquí, las reformas normativas llevaron a la ruina a pequeños inversores. Urge una transformación en la legislación, porque generará más empleo, más riqueza y seremos un país más limpio”.

Hacen falta libros como este ‘España 2030’ que nos abrán los ojos y nos animen a mirar con perspectiva el futuro deseado.