Lluviosa jornada en Madrid. Reuniones internas, coaching con un
profesional que acaba de ser promovido a una posición internacional de
relevancia y a la DG de una empresa multinacional de gran crecimiento, el mayor
entre las grandes del sector. Por la tarde, reunión con el Head of Talent de
una gran empresa, que está liderando enormes retos de fidelización y desarrollo
en el nuevo ciclo económico.
He estado leyendo ‘La economía del absurdo. Cuando comprar más barato
contribuye a perder el trabajo’, del profesor Josep Burgaya. El libro es Premio
Joan Fuster 2013. Burgaya es Dr. en Historia contemporánea por la Universitat
Autónoma de Barcelona, ha sido decano de la Facultad de Economía y Comunicación
de la Universitat de Vic y dirige el posgrado de economía verde de la
mencionada universidad.
El texto se inicia con una introducción sobre Economía y Moralidad.
“La falta de escrúpulos, la carencia del mínimo sentido moral y la codicia como
valor supremo permiten explicar los orígenes y las prácticas que durante años
se impusieron en el sector financiero de la economía y que hincharon una
burbuja especulativa que estalló y nos salpicó a todos a partir de 2008”.
Burgaya relata el derrumbamiento del Rana Plaza, una fábrica textil en
Bangladesh, el 24 de abril de 2013, que supuso la muerte de 1.138 trabajadores
y dejó 2.438 heridos de consideración. Es un ejemplo de “talleres del sudor”,
donde se producen prendas que luego consumimos en Occidente. A los que
murieron, les pagaban 38 € al mes. “La magia de Apple se difumina en las
factorías de Foxconn”: el autor se refiere a la oleada de suicidios en
Shenzhen, China, en una empresa hasta entonces desconocida. 18 muertos (30
intentos) en 3 semanas. Condiciones laborales repugnantes que provocaron este
“cluster de suicidios” (Malcolm Moore, The Telegraph). Bajos costes laborales y
mucho marketing, además de una “estrategia de planificación fiscal agresiva”. “Apple
es el paradigma del tipo de empresa que todo el mundo quisiera que surgiera en
su país, tanto el Gobierno como la ciudadanía”. Como escribe Josep, “¿quién no
se ha emocionado con el discurso de Steve Jobs en Stanford?”. Beneficios reales
intangibles, costes (Desindustrialización, Desempleo, Desigualdad) bastante
evidentes. Un informe del FBI (ante la posibilidad de que asesorara al
presidente George W. Bush sobre comercio internacional) describía a Steve Jobs
como “superficial y cruel” en las relaciones interpersonales, como un
narcisista al que el éxito le hacía tener una visión distorsionada de la
realidad y le había hecho perder “la honestidad y la integridad”. “Steve Jobs.
Una vergüenza americana” fue un artículo de Eric Altman (Universidad de Nueva
York) y en la misma línea se manifestó Vicenç Navarro.
El autor pone ejemplos de multinacionales como Wal-Mart (el documental
de 2005 dirigido por Robert Greenwald, ‘El alto coste de los precios bajos’):
es el mayor importador de China (12% del total de EEUU, 35.000 M $ anuales).
Una parte considerable de sus empleados cobra 8 $ la hora (por debajo del
umbral de la pobreza). Su productividad es un 40% superior a sus competidores.
El “efecto Wal-Mart” (Charles Fishman) supone menor empleo y salarios donde se
sitúa. Según el economista David Neumark, por cada empleo que crea destruye
1’4, además de los negocios complementarios que cierran. Su cultura (según
Burgaya) es una mezcla de arrogancia y valores muy conservadores de empresa
familiar. Por su religiosidad ultra, censura publicaciones y videos en sus
estanterías. Los Walton son la familia más rica del mundo, con una fortuna de
115.000 M $ (el PIB de Bangladesh). En 2007 tenían 73.000 M $. Hace 8 años, el
equivalente a 35 M de familias de su país; en 2015, el equivalente a 55 M de
familias. Han hecho donaciones al partido republicano, pero pocas obras de
caridad. La empresa recibe unos 2.500 – 3.000 M $ en subsidios públicos (ayudas
municipales y estatales). En México paga el 0’2% de su facturación. Wal-Mart
factura el 3% del PIB estadounidense (el equivalente al de Suecia, un tercio
del de España) y un 4% del consumo USA. Raj Patel lo ha llamado “un cráter
económico de destrucción creativa”.
Globalización de la economía: el comercio mundial es ya el 60% del PIB
del planeta (era el 20% hace un siglo) por liberalización comercial y reducción
aduanera (del 10 al 5% en los países avanzados, del 25 al 13% en los de
desarrollo), por beneficios fiscales para inversiones industriales, por las TIC
e internet y el abaratamiento (un 70%) del transporte marítimo. Movilidad del
capital (Dani Rodrik) que debería haber permitido la redistribución de los
ahorros globales de una forma más eficiente. No ha sido así. La demanda de
productos de consumo masivo en el 15% de la población mundial es a costa de la
pobreza (para disponer de costes bajos). El premio Nobel Joseph Stigliz ha sido
muy crítico con el movimiento de la globalización. Para Jeffrey Sachs, la
globalización ha sido el reto económico más malogrado de los últimos 40 años.
La hoja de ruta ha sido “el consenso de Washington”, las políticas
ultraliberales (Thatcher, Reagan) y tres conceptos económicos: la teoría de las
expectativas racionales (John Muth y Robert Lucas), el ciclo económico real
(Finn Kydland y Edward Prescott) y la teoría de los mercados financieros
eficientes (Eugene Fama). El FMI, Banco Mundial y OMC (Organización Mundial de
Comercio) tomaron el mando, y China entró en esta última… con condiciones
propias. Victoria pírrica para Occidente.
Fiscalidad desigual y globalmente insuficiente que se lleva por
delante el Estado del Bienestar y genera desempleo.
Excepto Turquía y China, los países “fabricantes” se mueve con rentas
per cápita por debajo de los 3.000 $. Bangladesh está en 700 $ y Vietnam,
Nicaragua, India o Pakistán, por debajo de 1.500 $. Curiosamente, Bangladesh o
Pakistán son menos desiguales (índices de Gini del 30%) que Estados Unidos
(46’9%). Según el índice de pobreza multidimensional (IPM, elaborado por Acnur
y la Universidad de Oxford en 2010), en Bangladesh hay un 57’7% de gente pobre;
en Pakistán, el 50’9%.
En contraste, fábricas vacías en Occidente. Detroit llegó a tener 1’85
M de personas en los 40, y ahora 700.000 habitantes. Hace 50 años, la industria
era el 40% del PIB de EEUU; hoy es el 16%. Tenía el 22% de la producción de
vehículos y ahora es el 10% (China y Japón, el 40%). De producir el 40% del
acero, ahora es el 6%. Deslocalización, economía de servicios, presión sobre
los salarios, economía sumergida (que es el 20% de la economía). 6 M de estadounidenses
no tienen más ingresos que los bonos de comida (100-200 $). Alemania es la
excepción: desempleo por debajo del 6’5%, crecimiento del 3% del PIB en 2011,
endeudamiento del 75% del PIB, gran ahorro (familiar) y un sector industrial
del 28’6%. “Se ha llegado a afirmar que Alemania, después de perder dos guerras
mundiales en el siglo XX, se ha impuesto ahora en Europa sin tener que realizar
un solo disparo”.
La “sociedad post-industrial” (Daniel Bell, Alain Touraine) es un
espejismo. Europa es una especie de “parque temático” (turismo; España recibe
60 M de visitantes, 12% del empleo, 10% del PIB). Visitan Barcelona (8 M) el
doble que Brasil. “El trabajo se ha convertido en un bien escaso en el primer
mundo”. Más aún el poco cualificado.
Apoteosis de las marcas: de fabricar productos a “configurar valores”.
En palabras de Phil Knight (Nike): “Fabricar cosas ya no tiene ningún valor”.
Con lo que gasta en publicidad en un día puede pagar el salario de 50.000
trabajadores chinos. El sector de la publicidad mueve 300.000 M $ anuales. Y
eso que las marcas de lujo juegan otra liga (negocio de 75.000 M € anuales, más
de un tercio del mercado mundial). Hiperconsumo: una camisa de GAP cuesta en
Canadá 34 $ y el trabajador de El Salvador ha recibido 0’27 $ por pieza.
Cultura del narcisismo (Christopher Lasch), del hedonismo, del
“turboconsumidor” (Lipovetsky). “Comprar se ha convertido en el antidepresivo
más común, con más adeptos que el prozac”. De satisfacer necesidades a
satisfacer deseos, del ciudadano al consumidor. Un círculo vicioso: moda barata
para salarios menguantes.
Corporatocracia: la hegemonía de las corporaciones. La facturación de
Wal-Mart es 120 el presupuesto anual de Haití. En 1999, el CEO de Disney cobró
en stock options el equivalente a 14 años de sus 19.000 trabajadores de la
compañía en Haití. Tim Cook (Apple) tiene un salario fijo de 900.000 $, pero
opciones sobre acciones de 371 M $ anuales. En la Antigua Grecia se consideraba
justa una proporción de 5 a 1 en la remuneración; en el siglo XX era normal el
1-20; ahora en el Fortune 500 es habitual el 1-200 y hay casos de 1-1.000 Malos
contribuyentes (en las islas Caimán, 50.000 habitantes, hay más depósitos
bancarios que en Francia), que reducen el tamaño del Estado.
El filósofo John Ralston Saul se pregunta (es el título de su libro)
‘¿Cuándo se volvió más importante salvar un banco que un país?’ En España se
han inyectado directamente 87.397 M € en capital, se han comprado activos por
67.888 M € y se han extendido avales del Tesoro por 64.112 M €. En total,
297.319 M €. Más 257.125 M € a un interés del 0’05%. En el mundo, un B $
directos y 4 B $ más indirectos. Para Joseph Stiglitz, la liberalización del
mercado de capitales ha provocado una reducción salarial del 30%, un enorme
desempleo y una inmensa deuda. “Y es que el cambio más importante en las
últimas décadas ha sido el de la naturaleza del dinero, el cual ha dejado de
ser una convención que cumplía una función instrumental, como facilitador y
activador de la economía, para convertirse en una entelequia incomprensible”.
Dinero para financiar el dinero. En su lugar, John Ralston Saul, hemos de pasar
“desde el crecimiento superfluo al desarrollo necesario”.
Un libro muy interesante, que plantea este círculo vicioso de
globalización low cost – desmantelamiento industrial en Occidente – desigualdad
social.
Mi felicitación a Marta Saavedra, una de las mayores expertas en
selección de nuestro país, por su cumpleaños, y mi gratitud a Inma, Jaime, Aitor,
Idoia y María.