Vacaciones en Roma


Salida para Roma con mi hija Zoe a las 6,30 de la mañana. Durante once días vamos a estar en Roma y en Berlín. Es una delicia ver dos ciudades tan impresionantes con los ojos de una niña de 13 años. Ya conoce Londres, París, Milán… la capital del Imperio Romano y la del actual poder europeo son dos metrópolis impresionantes.
Ayer por la tarde estuvimos viendo en DVD ‘Vacaciones en Roma’ (en el original, Roman Holiday; en Iberoamérica se llamó ‘La princesa que quería vivir). Es una película mítica de William Wyler, rodada en 1953. Obtuvo diez nominaciones a los Óscar (mejor película, mejor dirección, mejor guión original, mejor actor de reparto –Eddie Albert-, mejor dirección artística, mejor fotografía, mejor montaje), entre ellos tres estatuillas (mejor actriz principal, mejor relato para el cine, mejor vestuario). Era el primer papel protagonista de Audrey Hepburn, y le catapultó a la fama. La química con Gregory Peck y con Eddie Albert es tan positiva, tan limpia y tan clara que contagia a los espectadores. La productora quería que Gregory Peck fuera el único que apareciera en los títulos de crédito, pero él insistió en que también apareciera Audrey Hepburn, porque “iba para gran estrella”. Una profecía autocumplida.
La princesa Anna está en Roma de visita oficial. Cansada de sus obligaciones oficiales, se escapa de la residencia y aparece durmiendo en un banco junto al Foro Romano. La acoge un periodista, Joe Bradley (Gregory Peck), que se ofrece como guía en la Ciudad Eterna. Él desea que le dé una exclusiva mientras un colega le saca fotos a escondidas. Al final Joe, que es un caballero, decide no publicarlas.
William Wyler decidió innovar en los exteriores, tomando Roma como una protagonista más de la película. Los interiores se filmaron en CineCittá de la capital italiana. El director le propuso el papel principal a Cary Grant, que lo rechazó (a partir de entonces, el gran Gregory Peck bromeaba diciendo que cada vez que le ofrecían un papel es porque ya lo había rechazado Cary Grant). El estudio quería a Elizabeth Taylor como actriz principal, pero una audición con la Hepburn la borró de la lista. Además, Wyler contrató como guionista a Dalton Trumbo, marcado por la caza de brujas de McCarthy. Es curioso que una película tan clásica (60 años después) fuera en su momento tan rompedora. Un delicioso cuento de hadas, 8 años después de acabada la II Guerra Mundial. ‘Días de cine’ emitió un breve recuerdo de la película en su 60º aniversario: www.rtve.es/alacarta/videos/dias-de-cine/dias-cine-60-anos-vacaciones-roma/2013083/
Luca Dotti, hijo de Audrey Hepburn y de su segundo marido, Andrea, publicó el año pasado un precioso libro, ‘Audrey in Rome’ con 200 fotografías desde esta película hasta dos décadas después. La ‘Bocca della Veritá’ es clave en una de las escenas de la película (cuenta la leyenda que la reacción de pánico de ella fue de verdad ante la broma de su compañero de rodaje: www.youtube.com/watch?v=LumtVIGXK0c), así como las escalinatas de la Piazza di Spagna, Via Veneto (el centro de la ‘Dolce Vita’), EUR, lo jardines de Villa Borghese, el paseo en Vespa junto al Coliseo... Como ‘Capital atractivo’, la Hepburn ofrecía, además de su encanto personal, su formación como bailarina y la excelente relación que siempre mantuvo con los paparazzi.
También vimos ‘La gran belleza’, último Óscar a la mejor película de habla no ingresa. La película de Paolo Sorrentino, protagonizada por Toni Servillo, nos muestra una Roma estival, contemporánea y decadente, en la que Jeb Gambardella, un crítico de 65 años comparte el hastío con nobles, políticos, arribistas, prelados, artistas e intelectuales. La cinta es un homenaje a Federico Fellini, y se inicia con una de las mejores escenas de fiestas jamás filmadas.
Italia es el país que más veces ha ganado el Óscar de película extranjera (14). Por algo será.