Cómo fracasar en casi todo y aún así triunfar, por el creador de Dilbert


Domingo de Ramos especialmente primaveral. Por la mañana he estado viendo el partido entre el Deportivo de La Coruña y el Recreativo de Huelva (2-0; el Dépor, más cerca de Primera) y comida con mis padres en su casa. Por la tarde, viaje a Almagro. Tenemos la reunión trimestral de Directores Generales de ManpowerGroup, durante el lunes y martes, en los Ojos del Guadiana.
He estado leyendo “Cómo fracasar en casi todo y aún así triunfar. Algo así como la historia de mi vida” de Scott Adams. El creador de Dilbert, una de las viñetas más populares del mundo (la más popular en el entorno empresarial) no ha escrito un libro de consejos. Como él mismo dice, “Si aceptas consejos de un humorista es probable que no termines bien. Primero porque nunca sabes cuándo está bromeando y cuándo habla en serio”. Además, porque es un extraño (“nunca confíes en un extraño”). Y porque no se considera un experto en nada (“Ni siquiera en mi propio trabajo. A veces me extraño de que me sigan pagando por hacer lo que hago”).
Se trata de una biografía peculiar, que el autor dedica “a los buscadores”. Y va, según el propio autor, de:
1.     Las metas son para perdedores.
2.     Su mente no es mágica. Es un ordenador húmedo que se puede programar.
3.     El valor más importante que hay que medir es su energía personal.
4.     Toda habilidad nueva que domine duplica sus posibilidades de éxito.
5.     La felicidad es la salud más la libertad.
6.     La suerte se puede gestionar, más o menos.
7.     Conquiste su timidez siendo un magnífico impostor (en el buen sentido).
8.     La buena forma física es la palanca que mueve el mundo.
9.     La simplicidad convierte lo ordinario en sorprendente.

Scott Adams nos cuenta que en la primavera de 2005 su doctor le diagnosticó cierto trastorno mental, que su madre pasó algún tiempo en el manicomio; nos habla de sus fracasos, pequeños y grandes (pero aclara: “El fracaso siempre me aporta algo valioso. No lo dejo en paz hasta que extraigo ese valor. Llevo muchísimo tiempo aprovechándome de mis fracasos. Mi carrera como dibujante, por ejemplo, es el resultado directo de mi fracaso en el entorno empresarial”).
Adams considera que “la pasión es una tontería”, que no se puede conceder crédito (como le enseñó su jefe cuando estaba en banca) a quien se deja guiar por la pasión (y por ejemplo, monta una tienda de material deportivo porque le gusta el deporte). La pasión puede estar sobrevalorada, y en realidad lo que se necesita es la energía personal.
También nos habla de su vocación (de niño le encantaban las tiras de Snoopy), de que más allá de las metas lo importante es el sistema (para alcanzarlas), de que escribe un blog porque le da energía, de que una combinación (especial) de habilidades mediocres te puede hacer especialmente valios@...
Su fórmula de la felicidad es:
-       Come equilibradamente
-       Haz ejercicio
-       Duerme lo suficiente
-       Imagina un futuro increíble
-       Intenta tener una agenda flexible
-       Haz cosas en las que puedas ir mejorando
-       Ayuda a los demás (si ya te has ayudado a ti mism@)
-       Basa las decisiones cotidianas en la rutina
Se trata de un libro curioso, en el que la felicidad es la meta última de la vida y que nos anima a tomar el fracaso (en realidad, el error) como un amigo, como fuente de aprendizaje.
Mi gratitud a Scott Adams, un tipo práctico.