Un viernes extraordinario el
de ayer. En el Banco Exterior, el reencuentro con Raúl Baltar, presidente
ejecutivo de la entidad y compañero en la facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales de la Universidad Autónoma de Madrid (ambos terminamos en 1987).
Tuve el honor de compartir con Raúl y con su equipo un par de horas para hablar
del Líder-coach y de conocer a Maickel Melamed, un extraordinario ser humano,
referente de Vamos, la iniciativa del
Banco Exterior.
Y tras el almuerzo con Raúl y
su comité de dirección, la tarde en Pricewaterhouse con Pedro Pachecho y más de
un centenar de profesionales de la firma, para compartir experiencias sobre el
Liderazgo en la empresa y en el deporte. Mi profundo agradecimiento a todos los
participantes, tanto del Banco Exterior como de PricewaterhouseCoopers. El
broche de oro a estos maravillosos diez días en Venezuela, un país que adoro,
cuyo principal recurso es el Talento, así con mayúsculas.
Nelson Ríos, mi hermano
venezolano, nos invitó a cenar a Lasserre, su restaurante favorito. Unas gulas
al ajillo y un steak tartar verdaderamente espectaculares, en un ambiente
extremadamente grato, con pianista en vivo.
Esta mañana he estado leyendo
el libro de Maickel Melamed, Si lo
sueñas, haz que pase. Un libro imprescindible para mejorar como persona.
Maickel dedica el libro al
amor, su mayor maestro, y a “aquellos que dejan de entender para empezar a
creer, actuar y vivir”, además de a su padre y a la vida. En el prólogo, Eli
Bravo nos cuenta que “hay gente que nació para caminar y otra que nació para
abrir caminos. Maickel Melamed nació para ambas cosas y también inspirar a los
seres humanos a emprender su propio andar por la vida”. Sí, la misión de
Maickel, como dice la prologuista, es abrir mentes y corazones. “Nada es tan
grande como para no intentarlo”.
El libro es un conjunto de
vivencias y reflexiones, desde su nacimiento. Nació sin signos vitales y los
médicos le colocaron una bomba de oxígeno vacía, por lo que murieron las
células de su médula espinal (milagrosamente, sobrevivieron las de la corteza
de su cerebro). Le dieron siete días de vida, y aquí está (38 años) porque
decidió vivir.
Entre sus héroes, su “equipo
original” (su familia), su pediatra, su nana… Citando a Pablo Milanés, su
entorno, si no perfecto “se acerca/ a lo que yo/ simplemente soñé”.
Reconoce que siempre ha sido
una buena noticia y que su infancia estuvo llena de millones de escenas de
amor. “Siendo nuestros propios dioses, descubriendo por nosotros mismos o por
los demás nuestra potencialidad, podemos lograr muchas cosas”, escribe Maickel.
Y practica lo que predica.
Estudió Economía en la
Universidad Católica Andrés Bello (1998), se formó como psicoterapeuta y coach
y desde hace más de una década es conferencista e inspirador motivacional.
“La vida te ofrece opciones
que tú te permites darte o no”, nos enseña. “El amor verdadero no es el
utópico, es el cotidiano”. El amor es una esencia y por ello, citando a Bucay,
debemos “amarnos con los ojos abiertos”.
Maickel es un gran ejemplo de
liderazgo para Venezuela y para el mundo. Ha ascendido al pico más alto del
país, el pico Bolívar, y corre maratones (en las que puede tardar más de 14
horas). Para él, somos como piezas de Lego: “Nos vamos armando pieza por pieza,
pero con la libertad de desarmarnos cuando queramos, manteniendo las mismas
piezas”. Y como una gran pasión para él es la música de Silvio Rodríguez,
debemos recordar aquellas palabras de Silvio: “El que siga buen camino tendrá
sillas que lo inviten a parar”.
¿Qué es para Maickel la
felicidad? “La Felicidad es ese tejido que vamos construyendo de forma armónica
y desde el deseo”. “El dolor es natural; el sufrimiento, una elección” (Dalai
Lama).
“No me digas no, dime cómo”,
repite Maickel. Un gran libro, una excepcional persona. Ayer, durante la
conferencia y el debate posterior, él dijo de un servidor que tenía una sonrisa
permanente. Simplemente, me debía estar mostrando, como un espejo, hacia lo que
él es.
Mi agradecimiento a Maickel,
a Perla (su socia, como dice él), a Raúl por presentármelo y a la buena gente
que hace posible Vamos. Así se sale
adelante.