Viaje esta mañana de Madrid a
Caracas con Iberia. Como sabes, cuando cruzo el Atlántico de este a oeste trato
de leer, ver películas y de no dormir en absoluto (al iniciar el vuelo, pongo
el reloj en hora de Venezuela y una vez allí, aprovecho el día hasta la hora de
acostarse).
Me he llevado varios libros
de esta nueva temporada. Perdiendo la
virginidad, del emprendedor Richard Branson, con prólogo de Xavier Gabriel
(La bruixa d’Or). Quienes son, qué
piensan y cómo trabajan nuestros mejores emprendedores. Los miembros de la
Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet (AIEI) comparten sus
secretos, de Fernando García Mongay. Cambio
de era. Un mundo en movimiento: de Norte a Sur y de Oeste a Este, de Josep
Piqué. Memecracia. Los virales que nos
gobiernan, de Delia Rodríguez. Y un libro muy importante, aún no publicado,
que creo marcará tendencia.
Además, la revista Emprendedores de este mes de septiembre.
Análisis de Tesla (la firma automovilística que promete ser the new new thing), Landfix (un ingenio
español para carreteras firmes y pistas de golf) y Enrique Tomás (venta gourmet
de jamón ibérico). Líderes como Eneko Knorr (emprendedor en el Silicon Valley).
Cómo monetizar tu negocio, los e-profesionales más buscados, estrategias cuando
te conviertes en moroso, y un dossier sobre Quién
te ayuda a emprender de verdad (no hay dinero pero sí buenos asesores,
asegura Rafael Galán, coordinador de este interesante informe).
Y también la revista Fotogramas, con la actriz Verónica
Echegui en la portada. Cuando vuelva de Venezuela, a partir del 23, espero ver La gran familia española (la nueva cinta
de Daniel Sánchez-Arévalo, cuyo cine me encanta), Rush de Ron Howard, El
espíritu del 45 de Ken Loach y puede ser que Asalto al poder de Roland Emmerich (algo de acción y efectos
especiales).
Fotogramas se hace eco del 40º aniversario del fallecimiento del mítico director
John Ford.
Nacido en Cape Elizabeth en
1894, John Martin Feeney era hijo de emigrantes irlandeses. Su hermano Francis,
13 años mayor que él, había debutado en el teatro sustituyendo al accidentado
actor Francis Ford (de él tomó John su apellido). Llegó a Hollywood en 1913,
siguiendo los pasos de Francis, fue doble de acción, asistente, regidor y
actor, y en 1917 comenzó como director. Hizo 60 películas, tuvo fama de rudo y
tirano, con una coraza que ocultaba su sensibilidad. Entre sus mejores cintas,
las del oeste: La diligencia, Pasión de
los fuertes, Fort Apache, Centauros del Desierto o El hombre que mató a Liberty Valance. Obtuvo cuatro Óscars por El delator, Las uvas de la ira, ¡Qué verde
era mi valle! y El hombre tranquilo.
Además, films como El joven Lincoln, Cuna
de héroes y El último hurra.
“Dirigir no tiene ningún
misterio: Solo hay que filmar los ojos de la gente”, dijo John Ford. Y de él,
señaló Orson Welles cuando le preguntaron por sus directores favoritos: “Son
tres: John Ford, John Ford y John Ford”. Descubrió a John Wayne (le dirigió en
14 largometrajes) y trabajó con Henry Fonda (7 películas).
El hombre tranquilo (1952) es una de mis tres películas favoritas, junto a Laura de Otto Preminger (1944) y Casablanca de Michael Curtiz (1942).
Tres cintas en apenas una década de posguerra mundial. La gran Cris Serrato,
cuando elaboró mi Biografía con alma, me
comentó que los protagonistas masculinos de las tres cintas (John Wayne, como
el exboxeador Sean Thornton en El hombre
tranquilo; Humphrey Bogart como Rick Blaine en Casablanca; Dana Andrews, como el detective Mark McPherson en Laura) presentan caracteres muy
similares, una personalidad que es la mía o la que desearía tener.
Tal vez por ello, me he
llevado las tres películas para verlas de nuevo.
Mi agradecimiento a John
Ford, como a Preminger (1905-1986) y a Curtiz (1886-1962), grandes directores
que hicieron grandes películas y que supieron liderar proyectos plenos de
talento. ¡Qué grande es el cine!