Para qué sirve el coaching, en el cambio de era


Llegué ayer a Málaga a eso de las 2 pm, en el AVE procedente de Madrid. Mi amiga Raquel Casero, directora técnica de los programas de coaching directivo y coaching ejecutivo de la Universidad de Málaga, me estaba esperando en la estación María Zambrano. Y me llevó al muelle uno, en el puerto de Málaga, inaugurado las pasadas navidades. Una zona de puerto deportivo, con restaurantes y tiendas, que redondea la ciudad. Hemos comido pescadito al aire libre Raquel, Ana María Castillo-Clavero (catedrática de la UMA y directora académica del Curso superior de Especialización en coaching deportivo de la misma universidad). Un momento delicioso de saboreo, con un clima magnífico, que en pocos sitios de Europa podemos encontrar a estas alturas del año.
A las 5,30 pm hemos llegado a la CEM (Confederación de Empresarios de Málaga). Nos ha recibido Javier González de Lara y Sarria, Presidente de la Confederación, un defensor reconocido del talento y del coaching. Presentación del 3º programa de coaching deportivo y ejecutivo de la universidad de Málaga. En la mesa, Javier como Presidente de la CEM; Pedro Montiel, DG de Deportes de la UMA; Ana María, Raquel y un servidor.
He tenido el honor y el privilegio de dictar la lección inaugural, sobre Para qué sirve el Coaching, en un cambio de era. El público, que ha llenado el salón de actos de la CEM, sabía muy bien de la utilidad de este proceso de desarrollo del talento. Por ello, se trataba de hablar de presente y de futuro:
-                 De una nueva era, el talentismo, que me permito definir como conceptual, conductual y de generosidad.
-                 De un proceso de “selección natural” darwinista según el cual hay ganadores (las personas y empresas que aprenden, que desarrollan su talento) y perdedores (individuos y organizaciones que se aferran al modelo caduco del capitalismo tardío)
-                 De una idea de talento como “inteligencia triunfante” (José Antonio Marina) que incorpora a la inteligencia racional, tradicionalmente considerada, la inteligencia emocional y la inteligencia ejecutiva.
-                 Del líder-coach, el modelo de los mejores entrenadores (en el deporte de alta competición, ningún deportista se plantea competir sin un/a coach; en el mundo empresarial, todavía hay directivos tan complacientes que creen que “no necesitan un/a coach”).
-                 De la educación/aprendizaje como la inversión más rentable (1.700% de ROI).
-                 De la necesidad de equipos (desde el tándem a las redes), por encima del mito del “llanero solitario”.
-                 De la empleabilidad (el “empleo para toda la vida” es ya una fantasía) y el proyecto por encima de la profesión (fluidez).
-                 De la construcción consciente y voluntaria de la felicidad, como arquitect@s de la misma (las circunstancias externas apenas son el 10% de la misma).
  
Pudimos disfrutar, durante un par de horas, de una reflexión creo que muy amena y profunda sobre una Cultura de Desarrollo. Con el apoyo de la CEM, de la universidad y de otras instituciones, Málaga debe convertirse en un foco relevante de coaching y en marca de “la buena vida” (aprendizaje, cultura, gastronomía, turismo, ocio, etc). Mi gratitud a Javier y su equipo de la CEM; a Ana María, Raquel, Pedro y el talento de la UMA; a André, José y todos los asistentes al acto de ayer en Málaga.

AVE de las 8,30 pm de Málaga a Madrid. Y hoy he tenido el privilegio de participar en el II Encuentro de directivos de Cecabank, bajo el lema “Nuestra responsabilidad, nuestra oportunidad”. Un encuentro en el que durante dos días se ha hablado de estrategia (y de convertirla en un reto emocionante), de entorno, de tecnología, de elementos diferenciales, de talento… Han participado, con el Director General de Cecabank, José María Méndez, el presidente de la entidad, Isidro Fainé, el enfoque del cliente (Antoni Masanell, director general adjunto ejecutivo de La Caixa), etc. Mi aportación ha sido hablar de El factor humano, clave en la gestión del cambio.
He salido con una gran impresión de Cecabank, que se ha convertido esta misma semana en banco y que tiene una férrea voluntad de salir adelante y llegar a buen puerto. Hay Liderazgo (en la figura del Director General), hay gestión del talento, hay profesionalidad, hay la necesidad y el deseo de fortalecer una cultura de aprendizaje, de desarrollo del talento. Hay una transformación de la que nos vamos a sentir muy orgullosos.
Cuando el talento asume su responsabilidad, aprovecha su oportunidad.
Mi agradecimiento a José María, Ana Mª, Mª Antonia, Iñaki y todo el equipo de Cecabank. Uno en su oficio sabe distinguir el autentico interés de los profesionales en un acto de estas características, de lanzamiento de un gran proyecto estratégico, del cinismo de las personas escépticas. En el caso de Cecabank, hay ganas, sinceras y visibles, de que el reto se alcance. Y así será, a buen seguro.