Maonomics

Hoy me he despertado en Granada (vuelo Granada-Madrid a las 7 de la mañana) y me acostaré en Barcelona (el tren llegará a las 23.45 h y de ahí a Sant Cugat). Una jornada completa.

He estado leyendo “Maonomics”, el último libro de la economista Loretta Napoleoni. Romana de nacimiento, vive en Londres desde hace 30 años. Ha trabajado en el FMI, Chase Manhattan, FAO o el BERD. La tesis del libro es la siguiente: “Los chinos comunistas se han convertido en capitalistas mejores que nosotros. Por esa razón su modelo de desarrollo puede salvar nuestra economía y –tal vez- reformar nuestra democracia.” El texto es sensacional (creo que lo peor del libro es el título, que parece de coña; el análisis es sumamente completo). Muy recomendable.

Esta es la primera crisis auténtica de la globalización. China lo está haciendo muy bien (con su “New Deal”) y Occidente se está quedando atrás. “Somos viejos, y la futura riqueza de Europa puede quedar reducida al patrimonio histórico y cultural de un continente convertido en el mayor museo del mundo”. En 1989, con la represión de Tiananmen y la caída del muro de Berlín se empezó a cambiar la tendencia.

A diferencia de la URSS, Den Xiao Ping sí entendió el mensaje marxista y lo interpretó adecuadamente. “En Oriente el buen gobierno es el que crea bienestar, sujeto constantemente a la prueba de los hechos”. Loretta cree, y lo demuestra, que al final “ha ganado Marx”.

“El espectro de la depresión recorre el mundo” y China registra las más altas tasas de felicidad (y de crecimiento). Frente a la desregulación financiera, el rigor. “La democracia en Occidente es una mesa en la que los clientes eligen el cocinero pero no los platos que les sirve. En China, por el contrario, siempre está en la cocina la misma persona pero los clientes eligen qué comer de un abundante menú” (Fang Ning, politólogo). Aquí tenemos un “reality show” político que llamamos “superdemocracia”. Allí, reformas profundas para salir de la pobreza. “El mercado y la planificación son dos métodos económicos” (Deng). “A diferencia de los partidos en las democracias occidentales, el Partido Comunista Chino tiene gran capacidad autocrítica y sabe debatir” (Mark Leonard, ¿Qué es lo que piensa China?).

Frente al sueño neoliberal (la quiebra de Islandia, la dictadura de Pinochet, las revoluciones de Reagan y Thatcher), las infraestructuras y el crecimiento de la demanda interna. Frente a los poderosos de Wall Street (“El G8 y el G20 no son más que un señuelo para alondras, colocado para deslumbrarnos a todos y a la prensa internacional, haciéndonos creer que son los políticos quienes ponen firme el mundo. Pero los auténticos poderosos son otros”), “la unión hace la fuerza” (el sistema financiero islámico y el chino). La magia del microcrédito: la “Umma” de Mahoma y la armonía confuciana.

Occidente se ha creído el maquiavelismo y a Hobbes, y Oriente practica el Estado-sociedad, el Estado-padre. Y por eso se ha convertido en el banquero del mundo, financiando las guerras de EE UU en Irak y Afganistán. Washington ha convertido a Bin Laden en un moderno Atila.

Reagan y Thatcher liquidaron el Estado-nación y lo convirtieron en Estado-mercado. Es la mediacracia, una alianza entre los medios y el poder (Berlusconi es el mejor ejemplo de ello). Entretanto, China se ha convertido en el primer socio económico de África, no a través de la caridad y la beneficencia, sino del comercio.

Un magnífico libro. Voy a leer los anteriores de esta autora, La mordaza y Economía canalla. el pensamiento original, provocador y profundo de Loretta Napoleoni lo merece.