El alma y el 25%

Uno de los dos viajes de esta semana (el viernes, el otro a Galicia).

Una de los hallazgos que he aprendido en el sector de la distribución, referente a la pérdida desconocida, es que suele ser similar en lo que los clientes se llevan sin pagar, en lo que los empleados toman por su cuenta y riesgo y en lo que los proveedores no entregan como deberían, Por tanto, se reparte a tercios. Es la cultura y el clima, como intangibles de negocio, los que provocan una determinada “pérdida desconocida” (eufemismo relativo a lo que desaparece de las tiendas).

Respecto a la “sumergibilidad” de nuestra economía me temo que ocurre algo similar. La Vanguardia dedica hoy la portada a “Trabajo cifra en el 25% el fraude en el cobro del paro”. Se refiere a las palabras del ministro del ramo Valeriano Gómez ayer en un curso de la UIMP. De los 253.000 casos investigados, el fraude detectado por los inspectores es de uno de cada cuatro. El número de desempleados (citando al profesor David Anisi, “los únicos parados son los muertos”) que cobran subsidio se ha triplicado en la última década (de 866.100 en 2001 a 2’889 M en 2010) y las prestaciones llegan a los 30.000 M € anuales.

25% de fraude en el cobro del paro. FUNCAS (la fundación de las cajas de ahorro) estima que la economía sumergida representa el 25%. Y también se estima que el absentismo de la administración (esos funcionarios que criticó hace poco el presidente de CEOE) es de alrededor del 25% (en Alemania es menos de la cuarta parte). “Miré los males de la patria mía” (Quevedo). El 25% de nuestro esfuerzo nacional se volatiliza.

Siguiendo con La Vanguardia (hoy especialmente jugosa) en la revista M. J. Balsach nos habla de La Dama del armiño de Leonardo: “Escribe qué es el alma”. Se refiere a las notas del genio renacentista en sus notas sobre el cuerpo humano (“Scrivi che cosa è anima”). Era 1490, y Da Vinci está pintando este retrato de Cecilia Gallerani, amante de Il Moro, uno de los frescos femeninos más enigmáticos. 17 años, posiblemente embarazada de su hijo César. Es “el primer retrato moderno” (John Pope-hennesy) porque dama y armiño muestran su alma a través de su actitud: el armiño es mitológicamente Hércules, el niño que va a nacer. ¿Qué está mirando Cecilia? El alma al aire.

Me ha alegrado la concesión de la medalla de oro del Parlament de Catalunya a Pep Guardiola. A sus 40 años, la merece por la proyección que da de una “Catalunya culta, cívica y abierta”. Antes, la han recibido el arzobispo sudafricano Desmond Tutu, el jesuita Miquel Batllorí, el premio Nóbel de la paz Adolfo Pérez Esquivel o Ernest Lluch (que fue mi jefe como Rector de la UIMP), asesinado por ETA. Parece ser que después del vergonzoso espectáculo en la entrada del Parlament, pensaron en alguien que ejemplificara valores como el esfuerzo, el sacrificio, la solidaridad, la disciplina. Los valores de “los Mosqueteros de Guardiola”. Esos valores, como ha dicho la presidenta del Parlament, tienen su importancia “no sólo desde el punto de vista individual, sino también para el progreso colectivo”.

En El País, Juan Carlos Rodríguez Ibarra escribe sobre Resetear esta democracia y César Antonio Molina sobre la gran exposición en Gijón que conmemora el bicentenario del fallecimiento de Jovellanos, “Un amigo del pueblo”.

Finalmente, la contra de La Vanguardia se dedica a mi admirado Gary Hamel: “¿Por qué hay personas que ven oportunidades donde otros ven riesgos? Como estratega empresarial, llevo años investigándolo...” “Practique. Para empezar, el emprendedor tiende a cuestionar lo que los demás consideran incuestionable. Un caso español: Zara se preguntó por qué la moda sólo podía renovarse dos o tres veces al año en primavera, otoño, Y hoy Zara la renueva casi cada semana incluso a diario.” “Emprender es una actitud, no una especialización.” “Todos a innovar. El ser humano es creativo. Su creatividad es irrenunciable. Lo que pasa es que la mayoría de las personas realizan su creatividad, pero fuera de su empresa: redactan un blog; tocan rock o bricolage, pero, luego, en su trabajo son rutinarios.” “las empresas llevan en su genética la desconfianza hacia el empleado: ese tipo que no vendría si no lo obligáramos a fichar; que robaría si no le vigiláramos; que se duerme en la mesa si no le observamos... En muchos idiomas, "gestionar" es sinónimo de "controlar". El problema hoy es que ese control destruye valor. Ser eficiente exigen tal nivel de implicación que sólo los motivados logran crear valor. Necesitamos más que nunca la creatividad de todos, y sin embargo, en vez de liderar, motivar y aprovechar las energías del equipo en horizontal, seguimos desconfiando de "los de abajo". Por eso la empresa se fosiliza y muere.” “Sólo nos queda un camino: competir con innovación. Revolucionando la organización empresarial: dando poder, confianza y libertad al equipo y despertando su creatividad reprimida: y sabrán estar a la altura. Lo hacen.”

Libertad, qué bonito nombre tienes…

Mi agradecimiento hoy a los grandes: a Pep, a Leonardo, a Gary… A las gentes de almas poderosas y no a los mezquinos cínicos y materialistas.