Segundo acto: El Copón

Esta mañana me ha entrevistado a las 8 en directo Sandra Torrecilla en el programa Capital de Intereconomía Business TV sobre los estilos de Liderazgo de Mourinho y de Guardiola, Después he participado en la tertulia del mismo programa, con Eduardo Aguilar (BNP-Paribas) y el diputado nacional Vicente Martínez Pujalte. Con motivo de la final de la Copa del Rey (que han visto más de 400 millones de personas en más de 140 países), el lunes me entrevistó Aleix para RAC 1 y tenemos pendiente Leonor Gallardo y un servidor ir al programa Efectivament de TV3.

Tras un rato en la oficina y preparando temas de futuro con el DG de una empresa amiga, me he ido a ver a las 12.15 h Scream 4. No soy nada aficionado a las películas de terror, pero esta saga del maestro Wes Craven (que, a sus 72 años, ha dirigido 29 películas), con guión de Kevin Williamson, más allá de los sustos y el kétchup a modo de sangre, es una reflexión sobre este cambio de era. “Nueva década, nuevas reglas”. Sidney Prescott (Neve Campbell), la chica que sobrevive en las tres pelis anteriores, vuelve a su pueblo natal donde se competieron las matanzas hace 10 años. Allí están el sheriff (David Arquette) y su esposa, la ex periodista Gale Weathers (Courtney Cox, que triunfa en la serie “Cougar Town”). Algunas de las frases de la película son: “La tragedia de una generación es la burla de la siguiente”, “Si fui una víctima durante mucho tiempo, ahora toca reinventarse”, “Esto es como estar en un Gran Hermano de cocineros con Hanníbal Lécter”, “Tú eres el mensaje”, “(Grabar en vídeo toda la vida, a modo de vídeoblog): todo el mundo lo hará algún día”, “No puedes salvarles, sólo observar”, “A la gente ya no le gusta leer”, “¿En qué mundo vives? En Facebook, yo no necesito amigos, sino fans”, “Ya no se necesita hacer algo, sino que te ocurra una desgracia”, “¿Qué se siente siendo una heroína?”, “La primera norma de los ‘remakes’ es: No jodas al original”.

Para seguir con un día extraño, he estado leyendo Lady Gaga. Poker face, de Maureen Callahan, durante siete años la redactora jefe de The New York Post. En menos de un año, Stefani Germanotta, una desconocida artista del LOwer East Side de Nueva York se convirtió en un icono global. Es “el arte y el control de la creación del propio mito”. Más de 4 millones de personas la siguen en Twitter y es la 2ª artista más descargada en iTunes, por detrás de los Black Eyed Peas. ¿Las claves? Starland, un cazatalentos que trabaja para Fussari, un productor de Nueva Jersey que ha trabajado para Will Smith, Destiny’s child, Whitney Houston o Jessica Simpson; la discográfica Island Def Jam (firmó un acuerdo por 850.000 $); el apyo del bloguero Pérez Hilton, con gran influencia en la comunidad gay. Su nombre artístico proviene de la canción Radio Gaga, de Queen. Es un animal social (de “intimidad masiva”) programada para ser una estrella del pop del siglo XXI. “Por talentosa que sea, nunca hubiera logrado destacar sin la extravagancia”. “Hizo un trabajo brillante reinventándose a sí misma como un espectáculo visual desnudo respaldado por unas composiciones verdaderamente sólidas” (Tony DiSanto, MTV). Sólo hay otros dos intérpretes mundialmente famosos gracias a internet: Susan Boyle (un producto del OT británico) y Justin Bieber. Lady Gaga es a internet lo que Madonna y Michael Jackson fueron a la MTV: una “killer app”. Y al parecer, ha trabajado muy duro para ello. “Con internet todo el mundo tiene distribución, todo el mundo tiene reconocimiento. Pero ¿fama y capacidad de atraer visitas? Eso depende del contenido” (DiSanto). Lady Gaga es un éxito instantáneo que tiene detrás mucho trabajo para conseguirlo. Su disco “The Fame” salió a la venta el 19 de agosto de 2008 y llegó al nº 1 en abril de 2009. “Es un privilegio estar esta noche haciendo de telonero de Lady Gaga” (Presidente Barack Obama, octubre de 2009). Gaga ha resucitado el vídeo musical como argumento narrativo, y se toma su arte muy en serio. Si Maddona se reinventaba cada año, Lady Gaga lo hace cada semana: “No somos nada sin nuestra imagen. Sin nuestra proyección. Sin el holograma espiritual de lo que percibimos que somos o, más bien, que seremos en el futuro” (Lady Gaga).

Y a las 9.30 h, el clásico. Esta vez, en versión final de la Copa del Rey (un Barça-Madrid, 21 años después). Primoroso cómo planteó Mourinho la primera parte ante el equipo de Guardiola. Pepe en el centro del campo es todo un descubrimiento, una defensa muy sólida (marca de la casa Mou), Casillas plenamente concentrado. Y delante, Özil como falso 9 y CR7, siempre peligroso. Tras el primer tiempo, el F C Barcelona impuso su ley y tuvo más ocasiones. En la prórroga, Cristiano Ronaldo voló literalmente para marcar de cabeza. El delirio merengue. Me imaginaba que ganaría el equipo con más hambre de victoria, y hoy fue el Real Madrid. La grandeza de Guardiola, aún mayor en la derrota que en la victoria (felicidades, Pep, por tu estilo de Liderazgo). Y Mou, sin euforias.

Nos queda, a dos partidos, la eliminatoria de la Champions. Madrid y Barça cuentan con sendos títulos (Liga para uno, Copa para el otro). Y lo mejor está por llegar. ¡Qué maravilla!