José Saramago

Día de grandes alegrías y grandes tristezas.

Vuelo a las 7.30 h de la mañana hacia Vigo. Módulo del Curso Superior de Coaching organizado por Eurotalent y Caixanova, cuyo módulo sobre el Coaching Estratégico imparte hoy y mañana nuestro compañero Diego Orbea. He venido a participar en este Curso, con una veintena de directivos, empresarios y consultores, para contactar con los alumnos, poder apoyar desde los ejemplos prácticos la labor de Diego y servir de puente entre los módulos de antes y después del verano.
La jornada ha sido magnífica. Diego había estado dando coaching, con nuestro también compañero Fernando, a todos y cada uno de los participantes en el programa en sendas sesiones durante un par de días. Ha mostrado el modelo GROW de John Whitmore y el Modelo Eurotalent en profundidad, con multitud de ejemplos. Hemos almorzado juntos en la Universidad Corporativa de Caixanova y por la tarde, Diego nos ha contado Los diez pasos del Coaching a través de escenas de diferentes películas, desde El indomable Will Hunting a La sonrisa de Mona Lisa. La sesión ha sido calificada de magnífica y espectacular por los participantes en el programa. He disfrutado mucho del interés, la implicación y la exigencia de los alumnos y de la calidad docente de mi amigo Diego Orbea.

Al llegar al hotel, a las 19.45 h, me he enterado del fallecimiento del gran escritor José Saramago a los 87 años. Hace justo cuatro años, en el Mundial anterior, durante el verano de 2006, tuve el extraordinario honor de dirigir un Curso de Verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Potes (Cantabria) sobre el poder de la imagen cuya estrella era precisamente José Saramago. Su presencia generó una expectación enorme. Me encantó la relación de amor entre el gran escritor y su mujer Pilar del Río, el contrapunto alegre de un intelectual comprometido que “vendía” pesimismo: “Juan Carlos, yo no soy pesimista, el mundo es pesimista”, me decía. ¡Qué bellos recuerdos! Ha sido un grandísimo privilegio conocerle, tratarle y admirarle.

Del Saramago poeta, me quedo con este poema tan personal:
Na ilha por vezes habitada do que somos, há noites, manhãs e madrugadas em que não precisamos de morrer.
Então sabemos tudo do que foi e será.
O mundo aparece explicado definitivamente e entra em nós uma grande serenidade, e dizem-se as palavras que a significam.
Levantamos um punhado de terra e apertamo-la nas mãos. Com doçura.
Aí se contém toda a verdade suportável: o contorno, a vontade e os limites.
Podemos então dizer que somos livres, com a paz e o sorriso de quem se reconhece e viajou à roda do mundo infatigável, porque mordeu a alma até aos ossos dela.
Libertemos devagar a terra onde acontecem milagres como a água, a pedra e a raiz.
Cada um de nós é por enquanto a vida.
Isso nos baste.

En la isla a veces habitada de lo que somos, hay noches, mañanas y madrugadas en que no necesitamos morir.
En ese momento sabemos todo lo que fue y será.
El mundo se nos aparece explicado definitivamente y entra en nosotros una gran serenidad, y se dicen las palabras que la significan.
Levantamos un puñado de tierra y la apretamos en las manos. Con dulzura.
Allí está toda la verdad soportable: el contorno, la voluntad y los límites.
Podemos en ese momento decir que somos libres, con la paz y con la sonrisa de quien se reconoce y viajó alrededor del mundo infatigable, porque mordió el alma hasta sus huesos.
Liberemos sin apuro la tierra donde ocurren milagros como el agua, la piedra y la raíz.
Cada uno de nosotros es en este momento la vida.
Que eso nos baste.

Efectivamente, “Cada uno de nosotros es en este momento la vida. Que eso nos baste”.

Mis cinco muestras de gratitud de hoy son a José Saramago, por los buenos momentos que me ha hecho pasar con su literatura y su recuerdo personal; a Diego Orbea por su impartición; a Caixanova (Rubén, Ismael, Gloria, Benito y todo el equipo) por su generosidad como anfitriones, a la ciudad de Vigo (que está preciosa en esta época del año) y a los participantes en el Curso Superior de Coaching, de los que he aprendido un montón. Muchas gracias.