Orgullo y error positivo


Esta mañana he tenido clase (3 horas, con un descanso de 30 minutos en medio) de Trabajo en Equipo en el MBA Executive de la Escuela de Negocios del CEU. He utilizado, a modo de caso (para mí el cine es “el método del caso del siglo XXI”) la película Hoosiers (1986), con Gene Hackman, Bárbara Hershey y Dennis Hopper. Se trata de una de las cintas más inspiradoras del séptimo arte. Es la historia de un equipo de baloncesto de instituto en un pueblo de Indiana (Hickory). Llega un nuevo entrenador, Norman Dale (Hackman), que se hace con el equipo y cambia las cosas, con la ayuda de un segundo entrenador, Shooter (Hopper) y la oposición inicial de una profesora del instituto (Hershey). Una película con una música muy adecuada, de Jerry Goldsmith y un guión muy interesante de Angelo Pizzo. La clase ha funcionado muy bien. Las dos palabras que más se repiten en este caso (basado en un hecho real, la victoria en la liga estatal del equipo del pequeño instituto Milan en 1954) son Equipo (Equipo, Equipo, Equipo) y Orgullo (sentirse orgullosos de quiénes son, de lo que pueden llegar a ser y de los logros que van alcanzando).

Sólo con el sano orgullo sale todo adelante.

Rafael Galán
, excelente periodista especializado en gestión y redactor de la revista Emprendedores, ha tenido la amabilidad de enviarme su primer libro, escrito con el también periodista (especializado en creación empresarial de la misma publicación) Javier Escudero. Es El error positivo. Cómo convertir el error en una ventaja competitiva y en una oportunidad de crecimiento. Se trata de la primera obra de Planeta Empresa con la colaboración de Emprendedores, una colaboración que a buen seguro será muy fructífera.

El error positivo está prologado por Alejandro Vesga, director de Emprendedores. Alejandro nos enseña que “error no equivale a fracaso” (una gran lección) y que conviene desdramatizar los errores, porque de ellos se aprende. En la Introducción, Rafael y Javier “deconstruyen” el error. Citando las investigaciones de Anita Tucker, Ingrid Nembhard y Amy Edmonton (Harvard Business School, junio 2007) sobre errores en cuidados intensivos de los hospitales USA y de los psicólogos Lisa Blackwell (Columbia) y Kali Trzesniewski (Stanford) sobre cómo evalúan las personas sus errores, nos cuentan que las personas con mejor desempeño no pierden el tiempo rumiando sus fallos, sino que buscan las forma de resolverlos o qué estrategias introducir para que no se repita. “¡Eso es el error positivo!”

Los autores nos ofrecen siete lecciones:
1. Se aprende con los aciertos. Cuando nos equivocamos, aprendemos lecciones valiosas.
2. No siempre los errores son fracasos.
3. Los errores se pueden gestionar.
4. Hay errores que no son errores, aunque todo el mundo crea que lo son.
5. Los errores te ayudan a estar alerta, a no bajar la guardia
6. El error, exige, a veces, volver a emprezar… y no pasa nada.
7. Se aprenden lecciones de los errores de los demás.

Según los autores, “treinta años de investigaciones científicas sugieren que un excesivo énfasis en el talento o en la inteligencia aumenta la vulnerabilidad de las personas ante el fracaso, incrementa el miedo al cambio y evita que se quiera poner remedio a los errores, fomentando que se tapen y no se solucionen”. Es cierto. Para poner en valor lo que uno sabe, puede y quiere hacer (eso es en realidad el talento) se requiere moverse a toda velocidad, aprender deprisa y por tanto actuar, equivocarte, sacar conclusiones, mejorar.

Rafael Galán y Javier Escudero nos presentan media docena de empresas exitosas que valientemente admiten sus errores:
- Atrápalo (web de viajes): “nuestra principal virtud es tener cintura para los cambios”
- Grefusa (frutos secos y aperitivos). “segundas partes pueden ser buenas”
- Intercom (incubadora de negocios en Internet): montar equipos relevantes deslocalizados
- Orbea (bicicletas): si tú tienes la idea, tú te ocupas de ella.
- Privalia (productos de moda): los socios han de tener una clara aportación de valor
- Mas Gourmets (charcuterías): gourmets de l’embotit.

El segundo bloque es Aprender de los errores de los demás. Básicamente, en siete áreas:
A. Planificación (buscar una idea original más que innovadora, inexistencia de plan de negocio, desconocer las claves del negocio, rechazar las críticas, establecer objetivos poco realistas, falta de planes alternativos, revisar a largo plazo, no planificar el crecimiento, morir de éxito, no planificar las necesidades financieras ante imprevistos, no saber quién hace qué).
B. Gestión financiera (errores en la gestión de flujos de caja, deficiencias en el control presupuestario, desconocimiento del estado financiero, mala gestión financiera de las ventas, cálculo erróneo del punto de equilibrio).
C. Ventas y marketing (esperar a que lleguen clientes, no saber quiénes son tus clientes, no acatar sus preferencias, deficiente orientación y servicio al cliente, desoír las quejas de los clientes, mala ubicación del establecimiento, falta de enfoque en segmentos, no contar con sistemas que detecten oportunidades de negocio, inexistencia de planes de marketing y ventas, ser reacio a invertir en marketing, desconocimiento de lo que se vende y a quién se vende, desconocimiento de las ventajas competitivas, ignorar a la competencia, miedo ante el aumento de la demanda, sostener la mayor parte de las ventas en un solo cliente, olvidar la pérdida de clientes, no contar son servicio posventa, no fidelizar a los mejores vendedores, no contar con un sistema que recompense al equipo de ventas, desconocer cuánto se va a vender, no tener claro qué precio poner, subir o bajar precios sin lógica).
D. Recursos Humanos (los empleados no saben en qué consiste su trabajo, carecer de un sistema de evaluación y mediación de cómo hacen el trabajo las personas, no ofrecer a los empleados opciones de desarrollo, una plantilla incompetente, equipos que no están comprometidos, no ofrecer salarios competitivos).
E. Producción (desconocer el tamaño del mercado, estrategias erróneas de partida, inexistencia de un enfoque de negocio, huir de la innovación).
F. Gestión de habilidades (poca claridad en la definición de objetivos personales, deficientes sistemas en la toma de decisiones y la solución de problemas, resistencia al cambio, tener actitudes negativas frente a los colaboradores).
G. Errores en momentos de crisis (reducir personal a las primeras de cambio, obviar otras medidas de recorte, no saber gestionar el circulante, comprar sin control, no externalizar recursos, ¡dejadme solo!, mantenerse firme a pesar de todo).

Un check-list impresionante de 60 posibles errores que, si los empresarios y directivos somos suficientemente autocríticos, nos vendrá muy bien para la sostenibilidad de nuestras organizaciones.

Finalmente, 30 páginas dedicadas a la Intolerancia al error: la importancia de la cultura corporativa, los datos del Eurobarómetro 2007 (España está en la cola de los 25 en actividad emprendedora, supervivencia de negocios y perfil de emprendedor y es la 21ª en clima emprendedor), el miedo al fracaso como mayor obstáculo, la mentalidad de funcionarios.

Y concluyen Rafael y Javier: “¿Cómo se puede transmitir una nueva mentalidad? Una fórmula es lo que hemos hecho nosotros: contar historias sobre logros que son el resultado del trabajo duro. (…) Ahora, atrévete a equivocarte.” Eso es. Hablar de los ejemplos de éxito desde el realismo genera orgullo y aprendizaje.

Su “manifiesto del error positivo” está en la web www.elerrorpositivo.com

Un libro enormemente útil, imprescindible para el emprendizaje. Gracias, Rafael y Javier, por un texto tan práctico. Haremos buen uso de él.