Lucidez

Jornada en Madrid con nuevos procesos de coaching (en una institución educativa del más alto nivel), con almuerzos con el Comité Científico que prepara el próximo Congreso Internacional de Dirección de Personas (22-24 de octubre en Port Aventura, Tarragona), organizado por AEDIPE Catalunya, y con las socias fundadoras de Rusticae, Isabel Llorens y Carlota Mateos, que acaban de publicar un libro sobre su experiencia. Carlota e Isabel, Isabel y Carlota, forman uno de los mejores tándem empresariales que conozco y tratar con ellas es delicioso (un “momento Rusticae”, como lo llamarían ellas mismas).

En la web de Banespyme puede verse un vídeo de algo más de tres minutos (emitido por primera vez en octubre de 2005) y puede leerse lo siguiente: “Tras nueve años de andadura, Rusticae engloba en su selecto club a 176 hoteles con encanto de España, Portugal y Argentina. Muy atrás quedan sus comienzos con nueve hoteles en 1996; si en el pasado nuestras emprendedoras debían trabajar arduamente para conseguir que los hoteles confiaran en su empresa, hoy en día son éstos los que buscan cumplir los más de 270 parámetros necesarios para entrar en este club de excelencia. Si bien Rusticae comenzó trabajando en la creación de una red de establecimientos ubicados en el campo, en pequeñas poblaciones o aldeas y en los cascos históricos de ciudades españolas, hoy en día ya ha comenzado a aplicar sus conocimientos a los grandes centros urbanos a través de la marca Metrópoli.”

El libro es francamente bueno. Es un caso empresarial en profundidad, escrito con sinceridad, honestidad y cierto toque de humor, del que todos podemos aprender mucho.

Lucidez. Rusticae es un magnífico ejemplo de ello. Lola Salado, la responsable de imagen y comunicación de Eurotalent, me ha comentado esta mañana que la lucidez es una de las claves para aprender en estos momentos difíciles. No por casualidad –sino por causalidad- cae en mis manos el libro Un ataque de lucidez, de la doctora en neuroanatomía Jill B. Taylor. El 10 de diciembre de 1996, Hill experimentó un ictus masivo cuando una vena estalló en el hemisferio izquierdo de su cerebro (como consecuencia, no podía andar, ni hablar, ni leer, ni escribir, ni recordar nada de su vida). Por entonces, la Dra. Taylor tenía 37 años y daba clases sobre el cerebro en la facultad de medicina de Harvard. Cuenta en el libro que entonces se encontró con dos realidades distintas: su cerebro derecho, que le proporcionaba paz, intuición, serenidad, y el izquierdo, analítico, lógico, racional, que le envió un mensaje de alarma al sentirse dañado. A lo largo de ocho años, Jill Taylor fue reparando completamente su cerebro, gracias a los conocimientos que poseía sobre él, a su tesón y convencimiento y a los cuidados de una madre cariñosa. El libro nos ofrece un sensacional testimonio de esperanza y curación. En 2008, Jill Taylor fue nombrada por la revista Time una de las 100 personas más influyentes del mundo.

“Este ataque de lucidez me ha hecho el valiosísimo regalo de hacerme saber que la profunda paz interior está sólo a un pensamiento/sensación de distancia. Experimentar la paz no quiere decir que tu vida sea siempre dichosa. Significa que eres capaz de conectar con un estado mental beatífico en medio del caos normal de una vida turbulenta. Me doy cuenta de que, para muchos de nosotros, la distancia entre nuestra mente pensante y nuestro corazón empático parece ser de muchos kilómetros. Algunos recorren esa distancia a voluntad. Otros están tan comprometidos con la desesperanza, la ira y el sufrimiento que el mero concepto de paz interior les parece ajeno y poco seguro.

Basándome en mi experiencia de perder mi mente izquierda, creo de tood corazón que la sensación de profunda paz interior se debe a un circuito neurológico situado en nuestro cerebro derecho. Este circuito está funcionando constantemente y siempre está a nuestra disposición para conectarnos a él. La sensación de paz es algo que ocurre en el momento presente. No es algo que hagamos venir del pasado o que proyectemos hacia el futuro. El primer paso para experimentar la paz interior es la voluntad de estar presente en el aquí y en el ahora.”, Jill Taylor, Un ataque de lucidez.

Y otro regalo de la Dra. Taylor en su libro:”Mi definición favorita del miedo es ‘falsas expectativas que parecen reales’, y cuando me permito recordar que todos mis pensamientos son mera fisiología efímera, me siento como conmovida cuando mi cuentacuentos se dispara y mi circuito se activa. Al mismo tiempo, cuando recuerdo que soy una con el universo, el concepto de miedo pierde su poder. para ayudar a protegerme contra una respuesta de ira o miedo que se dispara con demasiada facilidad, asumo la responsabilidad de los circuitos que ejercito y estimulo voluntariamente. Con la intención de disminuir el poder de mi respuesta de miedo/ira, procuro de manera deliberada no ver películas de terror ni tratar mucho con gente cuyo circuito de ira se dispara con facilidad. Tomo decisiones conscientes que influyen directamente en mis circuitos. Como me gusta estar alegre, trato con gente que valore mi alegría. (…) Cuando estoy simplemente agradecida, la vida es simplemente bella”.

Música, masajes, yoga, meditación, buena conversación con gente que merece la pena, diálogo interior positivo… todo ello alimenta la paz interior y por tanto la lucidez.