Frost, Nixon y Button

Programa doble de cine en este invernal domingo. Por la mañana, en versión original con subtítulos, El desafío: Frost contra Nixon. Me ha parecido una película soberbia, un duelo interpretativo de los mejores que he visto. Basada en una obra de teatro de Peter Morgan (el autor de The Queen o El último rey de Escocia), que ha estado en Londres y Broadway a lo largo de año y medio con Frank Langella (el Drácula de 1979) y Michael Sheen (Tony Blair en The Queen), la versión cinematográfica de Ron Howard (Splash, Cocoon, Apolo 13, Una mente maravillosa, Cinderella Man, El Código Da Vinci y la próxima Ángeles y Demonios, en mayo) se ha convertido en uno de los mayores aspirantes de los Óscar.

David Frost es un periodista británico con fama de frívolo y play boy, que entiende perfectamente lo que significa la televisión. En 1977, tres años después de la dimisión de Nixon, le ofrece al expresidente una entrevista, con lo que él piensa en lavar su imagen. A partir de las negociaciones previas y de las distintas entrevistas entre Richard Nixon y David Frost, la peli se convierte en un thriller fascinante. Según Ron Howard, “en el fondo, fue una batalla entre dos mentes en la que cada uno luchaba por salvar su vida profesional y en la que sólo podía haber un vencedor”. Sí, es como un combate de boxeo dialéctico. En la IMDB, la puntuación de este Frost/Nixon es de 8’1 sobre 10 (una de las 250 mejores de la historia del cine). Atención al final sobre una persona que es intelectualmente muy poderosa pero a quien no le gusta la gente, frente a otro con habilidades sociales aunque no posea tanto talento desde la lógica y la dialéctica.

Por la tarde, El curioso caso de Benjamín Button. Tenía todas las papeletas para que me encantara, porque me apasiona el cine de su director, David Fincher (sus seis películas anteriores: Alien 3, Seven, The Game, El club de la lucha, La habitación del pánico y Zodiac, son para mí en su mayoría obras de arte), porque me gusta mucho cómo actúan Cate Blanchett (una de las actrices más bellas del séptimo arte), Julia Ormond, Tilda Swinton y Brad Pitt. Por lo original de la historia (basada en un relato corto de Scott Fitgerald). Por las 13 nominaciones al Óscar.

Me ha decepcionado un tanto. La película se hace larga (unas tres horas), hay demasiados personajes, no hay química entre Brad Pitt y Cate Blanchett (deberían ser dos aventureros, pero la cosa no cuaja) y además prácticamente no interpretan (la nominación de Brad Pitt al Óscar, comparado con otros candidatos, es floja). Lástima. La crítica la ha puesto de maravilla (IMDB le pone un 8’4), pero yo esperaba mucho más (más ritmo, más romanticismo, más sorpresa, para que fuera una auténtica maravilla). Coincido con Rafa Delgado, en www.cinefilo.es en que “Es una verdadera lástima que el resultado final se vea mermado por un ritmo demasiado lento y tranquilo, y un metraje tan largo y plomizo como, irónicamente, la vida misma. Esto no debería ser un problema duro de roer para el espectador con paciencia y aguante si no fuera por la poca empatía que desprende quien, precisamente, no debería hacerlo: Benjamin Button. Su poco carisma y su falta prácticamente total de emociones (y expresiones: ¿Brad Pitt ha sido nominado por su interpretación o por su proceso de transformación física?) ante los acontecimientos más importantes de su vida perjudica seriamente la conexión del espectador con la película, al menos en mi caso. Ocurre totalmente lo contrario con Daisy, el fascinante personaje que una pletórica Cate Blanchett interpreta con personalidad y sensibilidad. Que su personaje complemente en cierta medida al de Brad Pitt me hace pensar que puede que estemos ante puras decisiones artísticas, pero teniendo en cuenta que el propio David Fincher reniega del montaje final de la película estrenado en cines, no las tendría todas conmigo.” Según puede leerse en la red, hubo proyectos de Steven Spielberg con Tom Cruise y de Ron Howard con John Travolta.

En la wikipedia aparecen varias frases de la película:
"La vida solo tiene sentido yendo hacia atrás, pero hay que vivirla hacia adelante".
"Prometo nunca más perderme y sentir pena por mi mismo".
"Ninguno de nosotros es perfecto para siempre".
"Quiero recordarnos tal cual estamos ahora".
"Quisiera evitar que te rompan el corazón".
"Nunca es demasiado tarde o pronto para ser quien queremos ser".
"No hay límite de tiempo, puedes empezar cuando quieras".
"Puedes cambiar o seguir siendo el mismo, no hay reglas para tal cosa".
"Podemos hacer o echar a perder todo".
"Espero que sientas cosas que nunca sentiste antes".
"Algunas cosas, nunca las olvidas".
"Nunca sabes lo que te sucederá".
"La vida no se mide en minutos, se mide en momentos".
Y la conclusión de toda una vida (de varias vidas, en la película), es que cada uno tenemos una misión (un cierto talento). Sí, es cierto.