Liberar la Pasión

Día de nochebuena. He quedado para desayunar con Adriana Kaplan, muy buena amiga y una de las mejores coaches de comunicación de nuestro país. Hemos estado hablando de Oprah Winfrey (Adriana estuvo trabajando para Oprah en los Estados Unidos en los 90) y de Obama, de la confianza y la credibilidad, de los planes para el nuevo año… Es una delicia compartir algo de tiempo con esta brillante experta.

Me ha llegado vía Amazon un libro muy interesante, Liberating Passion. How the Best Global Leaders produce winning results (Liberar la Pasión. Cómo producen resultados ganadores los mejores líderes globales), de Omar Khan. Omar estudió en Oxford y Stanford; es uno de los pioneros de la PNL y el aprendizaje transformador. Ha vivido en EEUU, Europa y Asia. Es el fundador y socio director de Sensei International, una consultora global de desarrollo del liderazgo.

Para Omar Khan (y muchos estamos de acuerdo), la fuente de la energía, adaptación y perseverancia del liderazgo es la Pasión. Según uno de sus clientes, “los beneficios son la pasión y el talento de nuestro equipo centrada en la cuenta de resultados”. Sí, la pasión es el gran posibilitador, el “ábrete sésamo” del talento.

Sin embargo, los estudios de Gallup demuestran que más del 70% de los profesionales están “desenganchados” de las organizaciones para las que trabajan, con consecuencias evidentes para la productividad, absentismo, calidad, rentabilidad, etc. Omar divide las actividades humanas en “técnicas” y “de crecimiento”. Las empresas abusan de lo técnico y no se dedican lo suficiente a que las personas crezcan. Cita a Herb Kelleher, de Southwest Airlines: “Tenemos una estrategia. Se llama hacer cosas”. Y añade: “Posiciónate y haz algunas cosas, recibe feedback, recalibra y da más cosas”. Recordando las palabras de Drucker, el propósito de los negocios es crear un cliente. Y eso va menos de tecnificar y más de generar una relación. Desgraciadamente, muchas direcciones de RRHH se dedican más a lo técnico que a lo realmente humano (lo apasionante): pensemos en los planes de acogida, las evaluaciones del desempeño, los planes de carrera…

Los “passion killers” (matapasiones) son las reuniones interminables, los largos e-mails, la falta de contacto personal, la ausencia de los clientes, el cinismo y el exceso de crítica, la ausencia de coaching, la falta de reconocimiento, los conflictos entre departamentos.

Los “liberadores de pasión” son interacciones especiales entre seres humanos. Esencialmente, comunicación. Mejora, humildad, escucha atenta,,, son innegociables. Omar pone como ejemplo el World Café, series de conversaciones interactivas sobre un tema que ha implantado, entre otros, Hewlett Packard. Las relaciones son la alquimia que transforma el metal (nuestra eficiencia técnica) en oro (la creatividad, la adaptación, el logro).

Las cuatro pruebas de las relaciones en la empresa son:
1. ¿Decimos la verdad pronto, abiertamente y con valentía?
2. ¿Nos consultamos a tiempo?
3. ¿Nos movemos rápidamente de la decisión a la acción?
4. ¿Somos más o menos la suma de cada uno por separado?

Un llamamiento a la honestidad (que no tiene por qué ser brutal), a la cooperación, a la ejecución, a la sinergia.

El libro nos propone trabajar sobre 9 “liberadores de pasión”.
1. Intimidad. No es sólo un tema de parejas, sino de cercanía emocional. Cuando falta la intimidad, aparece la alienación (falta de conexión), la falsedad, el exceso factual (datos y no contacto).
2. Enfoque. Centrarse en las prioridades reales, las acciones para el éxito. “Sin visión, el pueblo perece”. La esencia de la estrategia es obtener ventajas competitivas (Michael Porter). El Cuadro de Mando Integral es una herramienta valiosísima.
3. Conversaciones radicales. De raíz. Esenciales. Según un informe de Harris Poll, un 42% de los empleados se sienten “quemados”, un 37% piensa que la dirección no es honesta ni íntegra, sólo un 29% que la alta dirección está comprometida con el desarrollo de los profesionales, menos del 50% le interesa lo que pasa en su organización. Terrible.
4. Posibilidades protegidas. Afrontar la realidad y ampliar posibilidades. Es la “presencia sin resistencia”, las emociones compartidas. Generar transformaciones a través del aprecio y el reto.
5. Provocar el futuro. Evitar las discusiones bizantinas, el apoyo difuso, las rigideces castrantes. Omar escribe que la alta dirección suele resistirse a las transformaciones porque son los guardianes del pasado.
6. Buscar Responsabilidad (Accountability). Es comprender qué debe hacerse, por qué y cómo hacerlo. Prototipos realizados rápidamente, delegación, implicación, desarrollo. La falta de responsabilidad evita destapar nuestra pasión latente.
7. Hábitos de vitalidad. Para ampliar la vitalidad, ser conscientes de lo que importa es vivir, utilizar la energía en los mejores momentos (por la mañana, por la tarde, por la noche), darnos cuenta de que siempre tenemos tiempo para lo que nos gusta, juzgar la vida por la calidad y no por la cantidad, evitar la insatisfacción perpetua, asumir retos, aprender constantemente, introducir lo nuevo y apreciar lo antiguo, gratitud, eliminar la hipocresía, estar aquí y ahora, regenerarse, desafiar lo improductivo, hacer conexiones personales, crear oportunidades, aprovechar el tiempo de los viajes, crear tradiciones y celebrar, invitar a la cooperación mutua, elevar la calidad del ser, aceptar los resultados. Maximicemos la energía para maximizar el tiempo.
8. Expresar el potencial. Los cuatro deseos más frecuentes de los líderes para liberar el potencial son mejorar las relaciones, ser escuchado, compartir mis sueños y poner mi pasión voluntariamente. Es ampliar el sentido de comunidad y desarrollar el talento. Omar reconoce que el talento obtiene 10 o 20 veces los resultados de los promedio. Y se hace eco de “la regla de los 10 años” (para dominar una disciplina). Los mejores trabajan más (los violinistas, 10.000 horas de práctica frente a 7.500 horas de los del siguiente nivel y 5.000 horas de los siguientes). “El Talento es la verdadera necesidad de practicar en un campo en el que nuestras capacidades obtienen una rentabilidad significativa”. Sí, es práctica deliberada. El libro nos recuerda las palabras de Robert Frost sobre las dos compulsiones del trabajo: el amor y la necesidad. “El talento es donde convergen el amor y la necesidad”.
9. Coaching para un crecimiento apasionado. Liberamos la pasión y aprovechamos nuestro potencial a través del coaching. Somos nuestros comportamientos. En consecuencia, el feedback constructivo, la reflexión, el plan de acción, el seguimiento, son esenciales. Debemos superar nuestros límites actuales. El libro nos recuerda El arte de amar, de Erich Fromm: cuando la mayoría de nosotros piensa en el amor, piensa en lo problemático que es encontrar alguien que nos ame y no en que seamos “amables”, que podamos recibir amor cuando se nos ofrece.

¿A qué se parece el éxito? A unas relaciones en la empresa en las que:
1. Las personas sean auténticas, quieran conocer y dejarse conocer.
2. Las conversaciones son valientes. Sobre los temas que importan.
3. Haya una mezcla de apreciación y reto.

Omar comparte con nosotros el “secreto de Tom Watson” (que convirtió a IBM de una pequeña empresa en un gigante mundial). Es preguntarnos: “¿cómo nos compartiríamos si fuéramos una gran compañía?”.

Finalmente, los cinco grandes “pecados capitales” que impiden el cambio son, según este libro sobre la Pasión:
1. Mucha cháchara y poca acción.
2. Exceso de publicidad sobre “el cambio masivo” y pocas iniciativas (las personas se bunkerizan).
3. Pasar el tiempo en comités y reuniones. Las cosas no avanzan.
4. No hacer cambios en la alta dirección (es como si Woody Allen te animara a dejar de ser neurótico o Churchill te dijera que los puros son malos para ti).
5. No involucrar a los clientes, ignorar el mercado.

Magnífico libro, basado en la experiencia. Si no vivimos así la Pasión (desde las relaciones de calidad, el enfoque, el disfrute, la sinergia), viviremos la otra Pasión, el acto de padecer. Como dice el villancico malagueño, “Dime Niño de quien eres/ y si te llamas Jesús./ Soy amor en el pesebre/ y sufrimiento en la Cruz”.