Que 10 años no es nada

Hoy y mañana imparto clases de Dinamización de Equipos a los alumnos de la Universidad Comercial de Deusto. Se trata del Programa de Habilidades Directivas: mis colegas de eurotalent José Antonio Saínz (profesor de Negociación y Gestión de Conflictos), Diego Orbea (profesor de Creatividad e Innovación) y un servidor enseñamos en tres momentos del año competencias que serán de gran utilidad para estos futuros profesionales.

He tenido 45 personas de la llamada Generación Y. Los alumnos de la Comercial son jóvenes excelentemente preparados (además de sus estudios de empresariales, saben dos idiomas y la lengua materna, SAP; etc) y en general muy comprometidos. Aprenden, en este caso, a hacer equipo de forma sistemática,, desde una visión compartida, desde la diversidad también a nivel intangible, desde un enfoque avanzado de talento y liderazgo centrados en la inteligencia emocional. Durante siete horas, formando equipos desde el primer minuto, aprenden las claves del auténtico sentimiento de equipo, de cómo crear una cultura (valores) y un clima de cooperación, desarrollo, satisfacción y alto rendimiento. Me siento muy agradecido a la Universidad Comercial de Deusto por la oportunidad que me brinda desde hace más de una década de ayudar a formar a los futuros directivos de nuestro entorno.

Esta vez ha estado en el aula la profesora Paulina Gutiérrez, de la Universidad Católica del Norte de Chile, a la que le ha encantado el enfoque quedamos al desarrollo de habilidades directivas.

Precisamente esta noche hemos celebrado, a iniciativa del Decanato, una especie de celebración por los 10 años de nuestras clases aquí. Nos hemos ido a cenar la decana, Susana (una de las Mujeres Líderes de referencia, pues es además consejera independiente del BBVA), la coordinadora de habilidades directivas y de coaching, Almudena (una profesora y líder entusiasta, supertrabajadora y de ideas profundamente innovadoras, que siempre consigue lo que se propone) y María, profesora de su equipo (que fue alumna nuestra hace algunos años), junto a José Antonio, Diego y un servidor. Lo hemos pasado extraordinariamente hablando de lo divino y de lo humano.

Hemos vivido mucho en esta década de “guerra por el talento”. La mayoría, muy positivo. Por eso, conviene celebrar estos 10 años de próspera colaboración con esta institución que está en punta de lanza, en tantas cosas, de la educación universitaria.