Pudimos

Primer domingo de verano. Me he hecho una matinal de cine, de esas que a mí me gustan, con la película canadiense Aritmética emocional. Basada en una novela de Matt Cohen, esta cinta de Paolo Barzman está interpretada por Susan Sarandon, Christopher Plummer, Max Von Sydow y Gabriel Byrne. Trata del reencuentro de tres supervivientes del campo de concentración de Drancy, a las afueras de París (donde, entre 1942 y 1944, sufrieron 70.000 personas, entre ellas 11.000 niños). Jacob Bronski es un disidente polaco que protegió a dos niños (Melanie y Christopher) en Drancy. Cuarenta años después, Melanie descubre que Jacob sigue vivo y le invita a su casa, una granja en Quebec. También acude Christopher, irlandés que estuvo en el campo de concentración por un error de la policía francesa. En estas cuatro décadas, Jacob ha estado recluido en un Gulag y es un famoso poeta, Christopher es entomológo (se ha dedicado a los insectos) y Melanie a contar y contactar a todos los que han sufrido persecución y tortura (de ahí la aritmética ligada a las emociones).

Tierna y desgarradora, la película incluye frases memorables, como “Le envidio por compartir la vida con la persona que ama” (Jacob al marido de Melanie); “haber sido víctima de un terrible suceso apocalíptico no te convierte en un santo: esa es la ecuación en esta casa” (el marido de Melanie); “he visto a miles de personas transformadas en humo mientras el coro cantaba. Y crecieron las flores” (Jacob, en un poema); “siente el dolor del mundo como el suyo propio” (sobre Melanie)”; “demasiados números. No debí decirle: Recuerda. Debí decirle: Vive” (Jacob, pensando sobre Melanie); “Añoro la alegría de estar vivo… contigo” (Melanie a Christopher); “No tengas miedo. Moriremos juntos” (Christopher a Melanie, en Drancy). Me ha gustado mucho. No suelen verse películas con actores tan especiales y un guión tan cuidado.

De la prensa de hoy, me quedo con el editorial del mundo que compara a Rajoy con Ricardo II de Shakespeare (un ejercicio de erudición), con las entrevistas a Severiano Ballesteros en infoempleo y a Juan Mora (Director de RRHH de NH) en El País. Negocios, con el artículo de Rosario Sepúveda El compromiso marca las relaciones entre la empresa y los mejores profesionales, también en Infoempleo y con el análisis de los “Campeones nacionales” que hace Amancio Fernández en las páginas de Economía y Negocios de ABC. Y una frase de Luis María Ansón en Las cartas boca arriba (El Mundo): “Dentro de tres años, cuando Rajoy haya salido muy probablemente derrotado de las elecciones vascas, de las europeas, de las catalanas, tal vez de las gallegas, es el momento de poner en marcha el mecanismo aprobado por el actual Congreso: unas primarias al estilo norteamericano”.

He estado leyendo Generación Marketing. La sociedad entre la codicia y la indolencia, de Víctor Molero (editorial ESIC). Doctor en Ciencias de la Información, Víctor Molero ha sido vicedecano de ESIC y editor de la revista ESIC Market. Plantea un interesante modelo: la expansión del capitalismo y el aumento de la competitvidad han llevado, de una parte, a la importancia del compromiso y el talento. De otra, a la estimulación indiscriminada del consumo, con pluralidad de productos, distribución global, proliferación de mecanismos persuasivos y soluciones de pago fácil. Como consecuencia, se extiende la jornada laboral, escasez de tiempo para la familia, la educación se delega y asistimos a la paternidad complaciente. El resultado es una juventud codiciosa e indolente, por la relajación de la exigencia educativa.

A las 8.45, el partido de cuartos de la Eurocopa entre España e Italia. Nuestros jugadores, contra el destino. Hicieron mejor partido que los transalpinos, tuvieron mejores ocasiones pero les faltó el metro final. 0-0 tras 120 minutos y a los penalties. Iker Casillas paró dos de ellos y pasamos a semifinales. Casillas, un chaval de Móstoles. demostró ser el mejor portero del mundo. Sin duda. El jueves, a volver a derrotar a Rusia (les ganamos 4-1 en nuestro primer partido de la Eurocopa) para llegar a la final contra Alemania o Turquía.