El Cáncer

Vuelta de Gran Canaria. Por motivos de fuerza mayor, no he podido estar hoy en Estema (la prestigiosa escuela de negocios de Valencia), impartiendo, como vengo haciendo desde hace tres años, la Gestión del Talento en su Executive MBA. Lo ha hecho, con solvencia, nuestra compañra de eurotalent Biba Osrecak. Veré cómo compensar con Estema este contratiempo.

El suplemento de Ciencia y Salud del ABC habla del Cáncer como fenómeno “superventas”. Curioso título. El periodista, Ramírez de Castro, se refiere a que “ahora las historias de pacientes con cáncer empiezan a salir a la luz y golpean con fuerza”.

Uno de los Pulitzer 2008 ha recaído en el reportaje fotográfico de Preston Gannaway en el ”Concord Monitor” de New Hampshire sobre Carolyn St. Pierre, una mujer de 44 años con cáncer de hígado. Durante dos años, la cámara de Preston capto los cambios físicos en Carolyn y los emocionales en la relación con su familia (su marido, Rich, y sus tres hijos de 14, 12 y 4 años). Es la crónica íntima de un entorno: “la pérdida del cabello de Carolyn, las náuseas, el dolor, los abrazos a los hijos, las dificultades para trasladarse al hospital… hasta el final”. El año pasado, el Pultizer recayó en un fotógrafo de un periódico de Sacramento que mostró en imágenes el cáncer terminal de Derek, un niño de 10 años. El reportaje recaudó 40.000 dólares para crear una fundación destinada a enfermos de cáncer.

En España, el médico Albert Jovell acaba de publicar Cáncer. Biografía de una supervivencia. Al padre del doctor Jovell le diagnosticaron un tumor hace 14 años. Por aquel entonces ayudó a crear el Foro Español de Pacientes, que preside, por una medicina más humanizada. En 2001 le diagnosticaron al propio Albert que tenía cáncer.

Su libro, que presentó hace 15 días, lo define como “un strip-tease emocional”. “La escritoterapia debe ser el único tratamiento contra el cáncer que no tiene efectos secundarios”, nos cuenta. No es una novela romántica, pero sí una serie de historias de amor como padre, como hijo, como esposo, como profesional de la medicina. Y compara la fragilidad de los enfermos oncológicos con la fragilidad de los prisioneros en los campos de concentración. Albert mide su tiempo, su esperanza, en el paso de sus hijos. “Una esperanza que hay que cultivar”. Y añade: “No hay que dar falsas esperanzas, sino saber dónde encontrarla en el enfermo. Para eso se necesita tiempo, dedicación y preparación. Según la estadística, yo no podría estas líneas.

En la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburg, el pasado 18 de septiembre, el profesor Randy Pausch, especialista en informática, dio “la última lección”. No porque se fuera a jubilar (tiene 44 años), sino porque se enfrenta a un cáncer de páncreas, el más letal de todos.

La clase, Alcanzando realmente los sueños de la infancia, fue grabada en vídeo y colgada en Internet (youtube), con diez millones de visitas. Las reflexiones del profesor Pausch se han convertido en un libro (The last lecture) que encabeza la lista de best-sellers de The New York Times.

Padre de tres hijos de 6, 3, y casi 2 años, Randy repasa en los 76 minutos de su clase su vida, porque su mensaje es sobre aprovechar el tiempo, sobre soñar grandes cosas, no perder el sentido del humor, pasárselo bien, decir la verdad, discernir lo relevante y no rendirse fácilmente. “La experiencia es lo que conseguimos cuando no logramos lo que queremos”. El profesor Pausch, que relata en su blog cómo va respecto a su enfermedad, ha testificado en el Congreso para conseguir más subvenciones federales contra el cáncer de páncreas. Y señala: “todavía no estoy muerto, me queda gasolina en el tanque”.

El jefe del servicio de oncología del Hospital Clínic de Barcelona, Pere Gascón, indicó ayer al presentar un simposio internacional sobre los últimos avances en tratamiento del cáncer que “el futuro está en controlar la metástasis, que es lo que acaba matando a los enfermos y que las nuevas tecnologías como la bioinformática ya juegan un papel muy importante en ese sentido”. Los oncólogos confían en que en un periodo de entre cinco y diez años se podrá ganar la batalla al cáncer, porque se conocerán los mecanismos por los que salen células madre de los tumores primarios que, tras un tiempo de silencio, anidan en otros órganos y producen metástasis.
De cinco a diez años: ¡qué gran esperanza! Hasta entonces, el cáncer ha dejado de ser tabú y muchos valientes relatan su lucha contra esta terrible enfermedad.