Rafael Azcona y los padres de Mariluz

Ha fallecido Rafael Azcona (1926-20008), el mejor guionista del cine español. Curtido en La Codorniz, entró en el cine adaptando El pisito, de Marco Ferreri, en 1959. En más de 40 años, casi 100 películas. Me quedo de sus textos con El pisito, El cochecito y La gran comilona, con Ferreri; Plácido, El verdugo y la trilogía de La escopeta nacional, con Berlanga; El año de las luces, Belle Epoque y La niña de tus ojos, con Trueba; El bosque animado y La lengua de las mariposas, con José Luis Cuerda; Soldadito español, con Antonio Giménez Rico; ¡Ay Carmela!, con Saura; la fantástica trilogía Suspiros de España (y Portugal), Siempre hay un camino a la derecha y Adiós con el Corazón, más Tirano Banderas y El seductor, con José Luis García Sánchez 6 Goyas (uno de ellos, honorífico), el Premio Nacional de Cinematografía (1982) y la Medalla de Oro de las Bellas Artes (1994), entre otros muchos galardones.

He visto en Youtube, El reservado, un programa de Aragón Televisión del 12 de febrero de 2007, de 30 minutos. Rafael Azcona atribuía su longevidad a que no sabía conducir e iba a los sitios andando. “Una vida placentera es mucho mejor que sufrir, que en España se ha recomendado mucho”. Su padre, sastre, trabajaba en casa y cantaba zarzuela. Su madre, al pasarlo bien, decía, “ya lo pagaremos, ya”. Hasta los 14 años en los escolapios, confesaba haber retratado la posguerra “hasta Tejero”. “Si me toca la primitiva, dejo de trabajar y no me aburro nunca”. “Es una falacia que la censura agudiza el ingenio”. Es una maravilla de entrevista. No te la pierdas.

He trabajado parte de la mañana en casa y he podido ver entretanto Espejo público. Después he comido con mi amiga Susanna Griso, la mejor comunicadora de nuestro país (y la que más ha mejorado en los últimos tiempos) y con Marta Romo, autora de La mujer líder, que está llamado a ser uno de los best-sellers de la temporada. Lo he pasado estupendamente. Hemos estado hablando, entre otros muchos temas, de la grandeza de los padres de Mari Luz, la niña asesinada (especialmente, de Juanjo, el progenitor). Admirable. No quiero compararles con otros padres británicos, aficionados al “show system”. Pertenecen a una etnia minoritaria habitualmente despreciada, son de una religión protestante y con una situación dramática… Han demostrado ser extraordinarios. Un gran ejemplo en las circunstancias más difíciles.