Los fumadores obesos

Hoy he estado en Barcelona trabajando con dos de los mejores directores de recursos humanos de Catalunya, en dos propósitos muy diferentes (un programa de transformación para toda la compañía y una sesión de coaching estratégico). Dos ejemplos de aportación de valor desde la gestión de personas. Dos directivos encantadores, apasionados con lo que hacen, con visión de negocio, con fe en el futuro.

A la dificultad de cambiar, a la diferencia entre lo obvio y lo fácil, dedica el gran David Maister su último libro, La estrategia y el fumador obeso. Maister, el mayor experto en firmas de servicios profesionales, se centra en el hecho de que “saber lo que es bueno para nosotros no es necesariamente un predictor de que lo vayamos a hacer”.

Para Maister, la estrategia es la dieta, no el objetivo. Por ello:
1. Se trata de un cambio permanente en el estilo de vida.
2. Se ha de cambiar el marcador.
3. Liderazgo: o te lo tomas en serio o mejor no hacer nada.
4. Los principios son más efectivos que las tácticas.
5. Las personas deben actuar voluntariamente.
6. Las personas pueden subir o bajar del autobús.

Una estrategia, siempre según Maister, no es sólo elegir un mercado objetivo. Es diseñar procesos que aporten al cliente beneficios de forma consistente. En las empresas de servicios profesionales, se trata de saber en qué son buenas y decir no a lo demás (poner el foco). El autor pone el ejemplo de una firma en la que el 65% del negocio provenía de 100 de sus 4.000 clientes.

Se trata del coraje, la valentía (un recurso muy escaso), de determinación, de audacia. La estrategia es un viaje, no un destino.

Es “el síndrome del fumador obeso”: sabemos qué hacer, pero nos cuesta horrores hacer lo que hay que hacer para alcanzar nuestros objetivos.

Maister diferencia entre experto (el que sabe) y asesor (el que ayuda), entre gestionar transacciones o relaciones, entre cazadores y granjeros. En el fondo, una cuestión de Liderazgo: influir en los miembros del equipo para que tengan la determinación y disciplina para perseverar y alcanzar los objetivos. Líderes inspiradores, energizadotes, no cínicos ni tiranos.

Maister coincide con algunos de nosotros en que mucha de la formación es inútil. El cambio cuesta por cuestiones de sistemas, actitud, conocimiento y habilidades. Hasta una docena de ellas:
- Las personas ven la actividad como una inversión a largo plazo, y están muy ocupadas por presiones inmediatas (sistemas).
- Las personas se sienten más responsables de otras cosas; tratan de hacerlo, pero sienten que no le pueden dedicar tiempo (sistemas).
- Las personas no cuentan con el apoyo, las herramientas o la formación para realizar la actividad (sistemas).
- Las personas ven la actividad como opcional, sin consecuencias si no lo hacen (sistemas).
- Las personas creen que la empresa sólo apuesta por el cortoplacismo (sistema).
- La actividad no es “valorada” por sus colegas; la cultura no la refuerza (actitudes).
- Las personas no quieren hacerlo; se sienten cómodas en lo técnico, pero no en lo interpersonal (actitud).
- No hay presión competitiva para triunfar en esta área (actitud).
- Las personas lo ven como algo opcional, a realizar cuando convenga (actitud).
- Las personas no entienden por qué es importante (conocimiento).
- Las personas no saben cómo hacerlo (conocimiento).
- Las personas saben qué hacer y quieren hacerlo, pero no son muy capaces de realizarlo (habilidades).

Para lograrlo (sea dejar de fumar, estar en forma o cualquier otra estrategia), se necesita:
A. Un marcador (medidas de rendimiento)
B. Coaching (desarrollo)
C. Herramientas (para ayudar a la implantación)
D. Formación (conocimientos)
E. Incentivos y reconocimiento por el logro.

El líder como coach: ¡qué gran experiencia! Principios, integridad, confianza, diálogo, objetivos, escucha, valentía, reconocimiento, logros. Pasión, personas y principios.

Sabemos que menos del 10% de las estrategias bien diseñadas son implantadas con efectividad. Entonces, ¿por qué molestarse? Por supervivencia. Según un estudio de Instituto Nacional para la Salud Pública de Holanda, que recoge hoy El Economista. Las personas saludables viven, de media, unos 84 años. Los obesos llegan a los 80 y los fumadores a los 77 años. El gasto sanitario de los más sanos es de 417.000 $, el de los obesos 371.000 $ y el de los fumadores 326.000 $. Según el director de la investigación, el economista Peter Van Baal, el éxito de los programas de salud pública contra el tabaco y la obesidad brinda la oportunidad de morir a más avanzada edad.

En el mundo de la empresa la diferencia entre esperanzas de vida es aún mayor. Según Bain & Co., en 1980 era de 43 años; hoy en día, tan sólo de 14. Si las organizaciones no se ponen en forma (desarrollo, innovación), no sobrevivirán lo suficiente.